lunes, 9 de octubre de 2017

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 65




AGOSTO 1893

MI RETIRO EN LOS SANTOS EJERCICIOS

Comenzados el día de la Asunción de mi tierna Madre María Santísima.

Año 1893 (Parte 4 de 4)

Mi reforma

No hablaré nunca de mí misma ni en bien ni en mal, como indigna de ser objeto del que se deben ocupar. Cuando oiga que me alaban, procuraré discretamente desviar la conversación. Cuando oiga que murmuran de mí, pondré cara alegre y excusaré a los acusadores. Ocultaré todo lo posible el espíritu que pueda poseer, por amor al ocultamiento tan caro a Jesús y útil al alma amante. No daré importancia a ninguna tribulación o sufrimiento, y al recibir malas noticias mantendré la alegría como ante el más grato anuncio, considerando que es mi Jesús el que me las envía para fines santísimos que yo no puedo comprender con mi propia inteligencia.


lunes, 2 de octubre de 2017

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 64



AGOSTO 1893

MI RETIRO EN LOS SANTOS EJERCICIOS

Comenzados el día de la Asunción de mi tierna Madre María Santísima.

Año 1893 (Parte 3 de 4)

Qué bueno es mi Jesús al hacerme beber del mismo cáliz que Él bebió. Oh si pudiera rebosar felicidad y supiera arrastrar a todos a sufrir gozosos con Cristo y por su amor. Desciende, oh Espíritu de luz, para hacerme conocer y gozar la felicidad del que padece en Dios y por Dios.
Sin un esfuerzo especial sobre la santa indiferencia no podré llegar a esa perfección que Dios exige de mí. La santa indiferencia debo tenerla en todo, y especialmente cuando se trata de elegir entre una cosa y otra, para no dejarme llevar nunca de mi inclinación, sino sólo de la voluntad de Dios y de su gloria, que estoy obligada a procurarle en todo tiempo y de todos los modos.
Debo tomar con indiferencia, como venido de la mano de Dios, todo lo que Él permite, no sólo sin quejarme, sino con serenidad y alegría, bastándome saber que Él lo ha querido así, diciendo en cada acontecimiento: Dios sea bendito, y bendito sea su santo querer. Sobre este punto trataré de ser fiel a mi promesa formal.


lunes, 25 de septiembre de 2017

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 63



AGOSTO 1893

MI RETIRO EN LOS SANTOS EJERCICIOS

Comenzados el día de la Asunción de mi tierna Madre María Santísima.

Año 1893 (Parte 2 de 4)

Vengo de la nada, soy nada también ahora; sólo un soplo de Dios que obra y actúa movido por El mismo. Nada puedo por mí misma, salvo el pecado: gran desgracia que Dios sólo permitirá si yo soy soberbia, orgullosa, apropiándome con petulancia los dones que no son ni serán nunca cosa mía, sino siempre cosa prestada gratuitamente para que yo le sirva como, donde y cuanto a El agrade. Oh Dios mío, ilumíname. Desciende Espíritu Paráclito, desciende y hazme conocer profundamente el abismo de mi nada, de mi nada horrible, de mi nada pecaminosa.
El camino del cielo es tan estrecho, pedregoso y espinoso que nadie puede pasar por él sino es volando. Nadie puede volar sin alas, pero estas alas no se adhieren al cuerpo, sino sólo al espíritu. Así, pues, el espíritu para velar debe combatir con el propio cuerpo, con un despego absoluto de todo lo que esté apetece. Desprendido de la tierra, el espíritu, mediante una perfecta renuncia a sí mismo y un despojo perfecto de sí y de la propia complacencia, podrá volar libremente sobre el camino espinoso sin sentir las punzadas, con gran alegría y perfecto gozo. Es tan grande el bien que espero que toda pena me deleita. Sobreabundo de gozo en todas mis tribulaciones.


lunes, 18 de septiembre de 2017

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 62



AGOSTO 1893

MI RETIRO EN LOS SANTOS EJERCICIOS

Comenzados el día de la Asunción de mi tierna Madre María Santísima.

Año 1893 (Parte 1 de 4)

Bajo vuestros auspicios, oh Madre mía Inmaculada, entro en la soledad. Sed Vos mi maestra y guía, y haced que el Espíritu Santo descienda sobre mí para regular y reordenar todo mi interior, a fin de ser realmente el templo vivo de Dios, donde Él pueda gozar y hallar siempre sus complacencias. Al mismo tiempo me humillo profundamente, reconociendo mi gran miseria e indignidad, y os suplico, oh Madre y Maestra mía, me ayudéis cada vez más a reconocer mi nada, mi maldad, mi ignorancia, mis faltas, para que nunca nazca en mí ningún pensamiento vano y orgulloso, lo que me convertiría en culpable del mayor delito.
Ángel Custodio, vela solícito por mí, y vosotros, ángeles todos de mis queridas hijas, sed solícitos con todas, a fin de que puedan hacer con gran provecho este retiro. Ángel especial del Instituto, bate tus alas poderosas, y despierta el corazón y todas las fibras internas de cada religiosa del Instituto para convertirlas a todas a una vida de verdadera observancia.
Converte nos ad Dominum Deum nostrum.


jueves, 14 de septiembre de 2017

Efemérides Cabrinianas: 14 de septiembre de 1877


14 de septiembre de 1877

"La Profesión Religiosa de Madre Cabrini"


Profesión Religiosa de Madre Cabrini en la “Casa de la Providencia”, Codogno, Italia.
Madre Cabrini siempre quiso ser religiosa, permiso que le fue negado por dos Congregaciones, por eso aceptó ingresar en esta incipiente Comunidad.
El mismo día, apenas pronunciados los votos, Madre Cabrini es nombrada Madre Superiora de la “Casa de la Providencia” por el Obispo de Lodi, Mons. Doménico María Gelmini.
Allí escribió “Las Memorias” de la Casa, desde el 4/11/1874 hasta el 12/10/1877.

El 14 de septiembre de 1894, en el barco, en camino de Génova a Nueva York, le escribe a sus Hermanas:

“Las Hermanas, al recordar ahora que hoy es el aniversario de mi Profesión, se entristecieron pensando que si hubiera estado en tierra, habría podido comulgar. Agradecí su piadoso sentimiento, mas por otra parte hace sólo un día, que Jesús vino a vivir en mí y me parece sentirlo aún palpitar aquí dentro; y luego recordamos el místico sueño de Jacob que, durmiendo recostado sobre la piedra, vio una escala misteriosa, que de la tierra se elevaba hasta el cielo; por la cual subían y bajaban los Ángeles del Señor, y Dios, en lo alto de la escala, le manifestó muchos secretos y misterios y le aseguró su protección así para él, como para su descendencia.
Barco con emigrantes de la época
Aunque aquí, en el mar, nos hallamos lejos del Santo Tabernáculo del Amor, sin embargo también aquí se halla la escala misteriosa que llega al cielo; los Ángeles también para nosotras suben y bajan por ella. Desde lo alto el buen Jesús nos mira y nos hace grandes promesas, por lo cual también nosotras hoy podemos repetir con Jacob: Verdaderamente el Señor se halla en este lugar y nosotras no lo pensábamos. Nosotras estamos en el seno de la Iglesia Católica, y siempre descansamos la cabeza sobre la piedra misteriosa y querida, que es Jesús; en todo nos adherimos a Él, sin jamás decirle que no, y nos abandonamos únicamente en Él, tranquilas y seguras; y, haciendo esto, merecemos, en Jesús y por Jesús, participar de los bienes y de las gracias de las que Él es portador. Por lo tanto, también en el mar soy feliz en festejar el más hermoso aniversario de mi vida, mi Profesión religiosa: Jesús desde lo alto de la escala me mira benigno, yo lo invito, y Él inmediatamente viene espiritualmente a mí, dignándose bajar al barco, y justamente al Fulda, que nos conduce, para agraciarnos a nosotras y a todos los que viajan con nosotras. ¡Qué hermosa gracia, hijas, y nosotras no pensábamos en ello!”
Entre una y otra ola, pág. 153


En 1896, como conclusión de un retiro espiritual, leemos en Pensamientos y Propósitos:

“La renovación de las promesas del bautismo me resulta dulcísima, como el eco tantas veces repetido solemnemente de los votos de mi profesión religiosa y de todos mis votos particulares. No tengo nada que darte, oh Jesús mío, estando mi vida en este día dichoso totalmente vacía de méritos; pero yo te amo, oh Jesús, te amo con todo el corazón, te amo mucho, mucho, me siento derretir de amor por Ti; pero por mucho ardor que yo sienta, veo y siento que es una nada, una sombra muerta comparado con las llamas de amor con que me rodeas continuamente.”
Pensamientos y Propósitos, pág. 165


En otro viaje, esta vez en 1902, en camino de Londres a Nueva York, escribe:

“Renovar los votos es como renovar la profesión, esto es ofrecer al Señor nuevos frutos de un mismo árbol, y quemar en el mismo altar de nuestros corazones, nuevos granos de incienso, en olor de suavidad a su divino Corazón. Con la renovación nos confirmamos en el bien; nos enfervorizamos en la piedad y en la devoción; nos hacemos más fáciles en el desempeño de nuestros deberes; nos estrechamos más fuertemente con al amabilísimo Corazón de Jesús; amamos con mayor ternura el Instituto, al cual hemos sido llamadas; y nos sentimos incitadas a demostrarnos sus verdaderas hijas, como aquéllas que deben honrar a la propia Madre. La renovación trae a la mente los inmensos beneficios recibidos, y nos enriquece con nuevas gracias, con nuevas bendiciones y con nuevos méritos. Con la renovación de los votos se borran en nosotras los defectos, las negligencias, las omisiones, y todas las imperfecciones cometidas, sea contra los votos o sea contra las Reglas. Antes bien, no sólo borra y destruye en nosotras las manchas, sino que da vigor en los actos de todas las virtudes. ¡Oh!, ¡cuán inmensos beneficios nos proporciona la renovación de los votos! Hagámosla, pues, con  gran fervor de espíritu, porque es para nosotras como celestial lluvia que desciende a nuestros corazones, lavándolos, purificándolos, vigorizándolos, haciendo germinar en nosotras todas las virtudes. Cada vez que renuevan los votos, es como si hiciesen entonces la santa Profesión, acrecentando repetidamente la gloria de Dios y vuestro mérito.”
Entre una y otra ola, pág. 481







martes, 12 de septiembre de 2017

Camino de Formación Cabriniana del Centenario - Anexo 1 (Nuevo texto)




Tal como habíamos anticipado, seguimos enriqueciendo el Camino de Formación Cabriniana "Centenario".
En esta oportunidad, les compartimos un texto de la Hna. María Barbagallo, que incluimos en el Anexo 1: "Celestial Patrona de los Emigrantes".



Francisca  Javier  Cabrini
Una santa entre los emigrantes

La figura de Santa Francisca Cabrini está hoy emergiendo con mayor fuerza porque es la Santa Patrona de todos los emigrantes. De hecho, nuestro tiempo está experimentando un dramático flujo migratorio e inmigratorio en todas partes del mundo. Y quizás sentimos la necesidad de tener una santa como Madre Cabrini, que nos infunda el coraje y la genialidad que junto a su santidad fueron sus características.
Pero la figura de Madre Cabrini no es solamente una figura que nos pueda consolar, es una figura – estímulo que nos enseña cómo el ser cristiano no es una situación cómoda y tranquila. Es una lucha, un combate contra las fuerzas del mal que, también en su tiempo, se desencadenaba contra aquellos principios morales que eran más o menos vividos también por el pueblo. Luego las consecuencias más graves la sufrieron los emigrantes, ciertamente era una razón más para combatir con las fuerzas del bien. La secularización, junto muchos aspectos positivos, en su forma más degenerativa llevaba a la gente a perder las prácticas de la religión y por eso a conducir una vida privada de significados válidos.
Esta situación denunciada también por la Iglesia. “En estos últimos tiempos se ha hecho de todo para levantar un muro de división entre la Iglesia y la sociedad civil. En la constitución y el gobierno de los estados, no se tiene en cuenta (para nada) la autoridad del derecho sagrado y divino, en el intento de excluir, toda influencia religiosa en la convivencia civil.” (León XIII, Annun Sacrum). Este mismo Papa había convencido a Madre Cabrini de cambiar su rumbo misionero. Ella, en realidad, deseaba ir a China y, como sabemos, cuando Monseñor Scalabrini le hizo conocer la situación de los emigrantes italianos, fue León XIII a darle coraje diciéndole: “No al Oriente, sino al Occidente” y Francisca aceptó y no pensó más en la China; había comprendido que el proyecto de Dios para ella era ése.
La preocupación de Madre Cabrini era la misma que la del Papa León XIII. También el pueblo se estaba alejando de la fe y no era sólo una cuestión religiosa, las personas perdían el significado profundo de la vida y la calidad de la convivencia civil se deterioraba. Su trabajo por los emigrantes fue ciertamente con la finalidad de devolver la esperanza y la dignidad de su pueblo y hacer que se reconozcan los derechos de los más débiles, a defenderlos contra los prejuicios y la marginación, pero fue también y sobre todo un compromiso para reafirmar los valores cristianos que se estaban perdiendo. Así escribía a las alumnas del Magisterio de Roma: “El mundo de hoy que parece que retrocede a grandes pasos hacia el paganismo es una vergüenza, ante el progreso gigantesco en las ciencias, en el comercio; ha olvidado el valor de la oración y ¡cómo no la conoce más! Y esto sucede porque, con un sentimiento pagano, el hombre se ha hecho un dios de sí mismo y de las criaturas, y ha perdido la noción de las relaciones entre las personas y de aquéllas que deben existir con Dios” (Madre Cabrini, “Viajes”, Edición 1957, Pág. 298).

En sus largos viajes transoceánicos, en los barrios más pobres de las grandes ciudades norteamericanas, en los hospitales, encontraba a miles de italianos; hombres desconfiados que habían soñado con el bienestar, obligados a trabajos pesados. “… Aquí – dice Madre Cabrini – a los trabajadores italianos les son reservados los trabajos más pesados…” Encontraba a mujeres ocupadas en las tareas más humildes de la ciudad y se preocupó para que fueran adecuadamente instruidas y formadas, y niños por las calles que aprendían las trágicas maneras de la supervivencia, y comprendió que su estrategia pastoral debía ser la educación en todo nivel.
Por esto abrió escuelas, pupilajes, orfanatos y centros de asistencia y se atrevió a fundar hospitales para que los italianos pudiesen expresar su malestar, en su propia lengua y así tuvieran un tratamiento médico adecuado. Sus criterios educativos estaban siempre más orientados a formar buenos cristianos y buenos ciudadanos.” Madre Cabrini tenía la certeza de que, de hecho, la educación pudiera ser el medio privilegiado para dar una base ética y cristiana a la sociedad. Con la escuela le fue posible dar respuestas significativas a una sociedad que veía la inmigración de los italianos como la invasión de una masa de ignorantes en búsqueda de dinero o un salvoconducto de sus problemas. Madre Cabrini demostró que el trabajo serio y responsable de los inmigrantes, la educación cristiana y moral que se impartía a sus hijas era una riqueza cultural y económica para el país de acogida.
¿Por qué sobre todo la educación? Porque no era suficiente hablar o efectuar algunas entrevistas sobre la gravedad de la situación: era necesario educar, formar, hacer un llamado a la conciencia de las personas, provocar un cambio profundo de mentalidad no sólo en los italianos que debían dar una nueva imagen de sí mismos, pero también en los ciudadanos que los hospedaban, en las instituciones, en las personas que gobernaban. Las batallas más duras de Madre Cabrini las combatirá en las oficinas, en Italia y en el extranjero, en las Curias con los Arzobispos, en “Propaganda Fide” en el Vaticano, en las visitas a políticos, administradores, gobernantes, banqueros, Obispos, párrocos y Cardenales… Quiere no sólo suscitar interés por el problema sino una nueva mentalidad hecha de respeto, de aceptación, de implicancia y, sobre todo, de acciones concretas.
Hoy quisiéremos tener el rostro misionero de Santa Francisca Cabrini que fundamentó su pedagogía evangelizadora en el Amor al Sagrado Corazón de Jesús, del cual supo depender para recibir la fuerza y las gracias necesarias para afrontar las contradicciones que la realidad le ponía de frente. La fuerza de la fe le fue fundamental para contribuir a la humanización de las estructuras sociales y para responder a los desafíos de su tiempo. El mensaje de Madre Cabrini es sustancialmente éste: partir del Corazón de Cristo para llegar al corazón de la humanidad.


Sor María Barbagallo, M. S. C.



lunes, 11 de septiembre de 2017

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 61



18 DE MAYO DE 1893

Jesús goza con el alma enamorada de Él y echa mano de su poder para ayudarle a hacer cosas grandes. Sumérjase el alma en su nada y pronto se sentirá confortada por su amado Jesús.
Adiciones
1.    Antes de conciliar el sueño por la noche, pensaré en la hora en que debo levantarme y resumiré los puntos de la meditación; luego descansaré en el Corazón de Jesús con la mayor tranquilidad.
2.    Si me despierto por la noche, elevaré mi pensamiento a Dios, abandonándome toda en el Corazón de Jesús.
3.  Por la mañana, levantándome sin sucumbir a la pereza, no daré lugar a otro pensamiento que al de la meditación, concibiendo confusión y verdadera humillación por mi gran miseria, ocupándome de la materia de la meditación sin alejarme de las ideas de la misma.
4.    Después de haber orado durante el espacio de un Padrenuestro, elevando la mente al cielo, consideraré cómo Dios me está observando y le haré una reverencia profunda.
5.   Después de encontrar en la materia de la meditación lo que atañe a mi caso, me atendré a ello, rumiándolo sin ansiedad hasta quedar plenamente satisfecha.
6.  Al término de la meditación examinaré durante un rato cómo me ha ido la contemplación; si mal, buscaré la causa, y una vez hallada me arrepentiré para enmendarme. Si ha resultado bien, daré gracias a Dios y le ofreceré mis propósitos, pidiéndole ayuda para cumplirlos bien.
7.   No me desviare nunca de la materia de la meditación ni me permitiré la menor distracción.
8.     Evitaré la claridad de la luz para conservar el recogimiento.
9.     No hablaré me reiré nunca, ni diré nada que pueda distraer.
10.  Seré modesta en la vista, salvó al recibir y hablar a las personas, pero en esto guardaré gran circunspección.
11.    Seré puntual y exacta en el horario.
12.    Observaré una gran compostura exterior.