jueves, 15 de marzo de 2018

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 82


Para la fiesta del Espíritu Santo
(Segunda parte)

La paz del alma que descansa en la Providencia es inalterable y nada puede perturbarla, sabiendo que todas las criaturas están en manos de Dios y hace de ellas lo que le place. Todos los hombres con su poder, y los mismos demonios con su perversa voluntad, no pueden causarle inquietud, porque sabe que no tienen más que aquella fuerza que la Divina Providencia les permite ejercer. Todos los designios del Altísimo sobre un alma deben realizarse, aun cuando el infierno haga todos los esfuerzos y vomite toda su rabia por impedirlos.

Nunca seremos más gratos a Dios que cuando nos anonademos ante El para dejarle obrar en nosotros lo que quiere y en el modo que le agrada.

La gloria del mundo es una quimera, y la vanagloria es la ruina de toda obra buena. Renuncio a toda gloria, no quiero tenerla si no es con Dios. El obra cosas maravillosas, obra maravillas, y si Él está escondido, yo también quiero vivir escondida. Jesús desprecia toda gloria, yo también la desprecio con Él y no la quiero. Quiero sólo vivir en Cristo, en el pesebre, en Egipto, en sus llagas, en su sacramento, en el cielo, donde se encuentra Jesucristo a la derecha del Padre, sin querer aparecer en la tierra. Oh vida feliz la vida escondida en Dios, en Dios con Jesucristo amabilísimo Esposo, que embriaga con su infinito Amor. Renuncio a toda alabanza; si hago el bien, es Dios el que lo hace en mí. Él sea alabado. Soli Deo honor et gloria. Si, en cambio, obro mal, si me endurezco en los defectos o si despierta en mí la complacencia por los halagos del mundo o por sus honores, haz, Señor, que yo sea injuriada y condenada, que despierte mediante toda suerte de oprobios, a fin de que no me adormezca en ese estado mortífero. Oh Jesús, Jesús, Amor, ayuda siempre a tu pobrecilla, tu pobrecilla esposa, y llévala siempre en tus brazos. Yo descanso en Ti, en Ti me abandono, en Ti confío.





jueves, 8 de marzo de 2018

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 81


Para la fiesta del Espíritu Santo
(Primera parte)

La oración y el silencio interior son de extrema necesidad para el alma, la cual, ocupada exteriormente por mil preocupaciones, busca hablar, ver, oír y darse a demasiadas cosas, aunque sean buenas; es necesaria para tomar ese descanso místico que sirva para restaurar la debilidad que las ocupaciones le habían causado, y adquirir nuevas fuerzas para obrar de modo espiritual como verdadera esposa de Jesucristo.

En el silencio y en el reposo se asimila bien la palabra y la inspiración divina, y esto sirve para hacernos robustas, fuertes y animosas y avanzar así a grandes pasos por el camino de la verdadera virtud.

Si yo me ocupo sólo de cosas externas, por buenas y santas que sean, seré débil y enfermiza, con riesgo de perderme si me faltan el sueño reparador de la oración y si no intento descansar y dormir tranquilamente en el Corazón de mi amado Jesús. Dame, oh Jesús, en abundancia este sueño misterioso, para que poseyéndolo sea menos indigna de tu herencia: la gracia, la virtud, la perfección y la santidad.

El alma abandonada perfectamente en los brazos del Omnipotente no desea ni gusta ya las cosas de la tierra, no se alegra más que en Dios, y cualesquiera que sean las disposiciones de la Providencia sobre ella, como se ha abandonado por amor, experimenta en aquellas disposiciones un gozo purísimo, porque la naturaleza no toma parte, y en su pureza es excelente. Encuentra ese gozo inefable que corre a torrentes deliciosísimos en su corazón, siendo semejante dentro de lo posible, en esta tierra de destierro al gozo que experimentan los bienaventurados del cielo al cumplir puntualmente la santa, amable, adorable voluntad de Dios.





jueves, 1 de marzo de 2018

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 80


MI RETIRO EN BUENOS AIRES

Como preparación para la Pascua (1896)
(Segunda parte)


Por cualquier dificultad que encuentre al ocuparme de los asuntos de la gloria de Dios, no me desalentaré, sino que redoblaré la confianza pensando que es Jesús el que lo hace todo y permite las dificultades para sellar sus obras. Las obras de la gloria de Dios padecen violencia. No me extrañaré, pues, de las contradicciones en las empresas, sino que las consideraré como buenas señales. Por muchas contradicciones o violencias que yo sufra, la obra no resultará de otro modo que según él beneplácito de su Divina Majestad. Poco importa que sean buenos aquellos que me contradigan; entonces debo estar incluso más contenta, porque afectarán más a mi corazón, demasiado tierno por naturaleza. Carezco de amor de Dios si no estoy dispuesta a padecer todo con santa alegría y con vivo deseo de padecer cada vez más. De nada vale mi amor a Dios si no poseo un celo devorador por la mayor gloria de Dios y por la salvación de las almas, unido a un santo ardor que me impulse siempre a mayor perfección para hacerme ser menos indigna de tratar con Dios y por Dios. Pondré atención en las menores cosas, y no consideraré nunca pequeñas aquellas cosas que puedan desagradar a Dios o darle gusto.
A pequeñas observancias van anejas gracias grandes y señaladísimas.
El buen Jesús no mide el bien que se hace, sino el modo como se hace. La virtud no es una estrella errante a la que se le detiene o suspende el movimiento, sino que tiene un movimiento continuo. El que no avanza, retrocede.
Procuraré tener la vista fija y continua en la presencia de Dios y haré lo que pueda de mi parte para que mi corazón se pierda en ese océano de Amor, su centro, a fin de obtener poco a poco la facilidad de realizar todas las cosas con tranquilidad inalterable.
La íntima unión con Dios llena al alma de una fuerza invencible que la hace capaz de soportar todo sin conmoverse.
El amor de Dios triunfa de todo, siendo un fuego que al cebarse en el objeto lo convierte en fuego; y la mirada fija en Jesús vuelve al alma justa y ordenada, haciéndola El participar en su inmutabilidad.


jueves, 22 de febrero de 2018

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 79


MI RETIRO EN BUENOS AIRES

Como preparación para la Pascua (1896)
(Primera parte)

Sólo me gusta tu gusto;
Sólo quiero tu querer;
Sólo anhelo amarte más,
Corazón santo de Jesús.

Después de tantas penalidades y sufrimientos pasados sólo por tu gracia, oh mi amado Jesús, me llamas a un retiro tan generoso y suave, dignándote concederme este retiro santo en santa unión contigo. Oh, una sola hora unida a Ti íntimamente me hace olvidar toda preocupación exterior, me sirve de tanto alivio que me quita todo peso, toda amargura y me robustece el alma para padecer cada vez más por tu gloria y por la salvación de las almas. Los hijos del siglo, los emisarios de Satanás, no duermen; enséñame, Jesús mío, a desafiarlos a todos para procurar tu gloria y al mismo tiempo instrúyeme sobre la santificación de mi alma. Jesús mío, conviérteme a Ti enteramente, porque si no me haces santa no sabré trabajar bien en tu viña y llegaré a traicionar tus intereses en lugar de promoverlos.

Yo me esforzaré por ser humilde, purificaré mis intenciones, pero ay, obra Tú en mí, oh Jesús mío, que yo por mí misma sólo puedo hacer el mal. Salva, Jesús mío, tu heredad si no quieres que se destruya. En tu pasión está toda mi esperanza. Deseo sacar de este retiro, oh Jesús mío, una profunda lección de humildad. Humildad, virtud sublime, oculta a los grandes del mundo, a los sabios según el mundo. Humildad, virtud santa, ven a mí. Tú eres la más preciosa de las virtudes, tú eres un tesoro escondido, una perla preciosa, y para adquirirte vale la pena vender todo. Humildad, virtud verdadera de Jesucristo, haz que yo te honre practicándote en todo y doquier, en todo tiempo y circunstancia. Por ti, virtud grande y sublime, podré gozar siempre la verdadera paz del corazón, por ti sola la podré agradar a mi amado Jesús, por ti sola haré obras meritorias, por ti procuraré la verdadera gloria de Dios.

Si yo tuviera, poseyera, practicara todas las virtudes, más no tuviera la humildad, me serviría más de daño que de provecho toda la supuesta santidad. Podré tener prácticas buenas, mas no poseeré la sólida virtud si carezco de humildad. La humildad es el fundamento de toda obra meritoria, la base de toda virtud, la piedra sólida que sustenta la santidad. Si yo fuese pura como un ángel y me faltará la humildad, toda la pureza no bastaría para salvarme. En el cielo sólo entran los humildes.

Jesu mitis et humilis Corde, fac cor meum secundum cor tuum.


viernes, 16 de febrero de 2018

La nueva Provincia "Santa Francisca Cabrini"





Las Conclusiones Capitulares del XV Capítulo General realizado en el 2014 en San Pablo (Brasil), contienen mandatos para cumplimentar en el transcurso del período 2014-2020. Uno de ellos era la reestructuración o constitución de Nuevas Entidades Canónicas.

Hasta ese momento el Instituto estaba formado por tres Provincias: Italia, EE.UU., Brasil y tres Regiones: Argentina-Paraguay, Centroamérica (CAMEX) y Europa Occidental.

Después de mucho discernimiento, reuniones informativas y formativas, asambleas, evaluaciones… el Instituto quedó constituido por cuatro Entidades Canónicas:

1. Provincia Mater Gratiae (Italia, España, Rusia) desde septiembre de 2015
2. Región Holy Spirit (Inglaterra, Swazilandia, Etiopía) desde Pentecostés de 2016
3. Provincia Santa Francisca Cabrini (Argentina, Brasil, Paraguay) desde noviembre de 2017
4. Provincia… Próximamente sabremos su nombre (EE.UU, CAMEX: Nicaragua, Guatemala y México).

El 13 de noviembre de 2017, día en que celebrábamos 79 años de la Beatificación de la Madre Cabrini, el Consejo General aceptó y constituyó la Provincia Santa Francisca Cabrini, es decir, qué desde ese día,  dejamos de ser Región Argentina-Paraguay y pasamos a ser Provincia, la cual está constituida en la actualidad por 85 hermanas.

En la Asamblea realizada en el mes de noviembre en San Pablo (Brasil) el Consejo General realizó la consulta a las hermanas integrantes de la nueva Provincia  para la elección de la Superiora Provincial.

El 1º de enero del 2018 asumió como Superiora Provincial de la Provincia Santa Francisca Cabrini Ir. María Eliane Azevedo da Silva, oriunda de Brasil, por el término de tres años. La Ir. María Eliane terminó su mandato como Superiora Provincial de la Provincia de Brasil el 31 de diciembre de 2017 y aceptó con mucha disponibilidad y gratuidad esta nueva designación, esperando contar con el apoyo de todas las hermanas y laicos de la Provincia Santa Francisca Cabrini.

La Hna. Eliane arribará a la Argentina procedente de Brasil el próximo sábado 17 del corriente para realizar una recorrida misionera, con el fin de conocer las diferentes realidades de nuestros Centros Educativos, Dispensario, Pastoral Parroquial etc.




jueves, 15 de febrero de 2018

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 78


ANNO DOMINI 1895

Mi retiro en Panamá en la novena de María Niña. Bajo la protección de esta Madre de las gracias, fundadora y Madre tierna del Instituto, bajo cuyo manto camino y trabajo con la mayor confianza.

Mi amantísimo Jesús, me encierro en Vos y en vuestro Corazón adorable me abandono enteramente, deseosa de hacer una buena reforma. Iluminad mi mente con un rayo de vuestra luz; moved mi corazón, mi alma, y excitadla para hacer todo lo que os place y todo lo que es de vuestra gloria. Te amo mucho, oh Jesús, y me siento consumir del deseo de agradarte; pero ¡miserable de mí que por mi ignorancia y malicia no se aún qué hacer para corresponder, al menos, en parte, a las gracias singularísimas, a las finezas de amor de que me rodeas!


lunes, 5 de febrero de 2018

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 77


Retiro de preparación para el cumpleaños en la Novena de la Bienaventurada Virgen del Carmen de Panamá.
Julio de 1895.

En los cuarenta y cinco años de mi vida que voy a cumplir, ¿qué he hecho para mostrarme perfecta cristiana, verdadera religiosa y esposa de Jesucristo, conforme a mi vocación especial?

Dios me acompañó desde mis primeros años con su inmensa caridad, rodeándome por todas partes, como el agua del mar que circunda y encierra al pez, y si yo hubiera correspondido, ya debería ser una gran santa. He vivido rodeada de la bondad de Dios y no me he transformado en ella. He vivido en la caridad de Dios y no me he inflamado en ella. He vivido en la omnipotencia de Dios, pero no me he aprovechado de ella, viviendo casi siempre apoyada en mí misma con daño gravísimo de mi vida espiritual. Oh si hubiera tenido siempre una fe ardiente y viva. Con vuestra gracia, Dios, la tendré de ahora en adelante, en el poco tiempo que me dejéis para mi santificación.

Procuraré estar siempre encerrada en el Corazón adorable de Jesús, a una con las tres Divinas Personas; imploraré continuamente la luz, ocupando mis potencias en la suma bondad para poderla amar, la infinita majestad para adorarla, la suma Sabiduría con la que conversar, la omnipotencia en la que confiar con profunda, humilde, inmensa confianza; y allí veré la infinita alegría en la que seré bienaventurada.

Oh Rey inmenso que estáis en vuestro reino por esencia, presente en todas partes, concededme que también yo esté presente delante de Vos, viviendo sola inmersa en Vos y sirviéndoos con la mayor fidelidad.

En todas las cosas del mundo miraré a Dios que en ellas está por esencia, por presencia y por potencia, obrando en ellas y mediante ellas. Al ver las criaturas no me detendré nunca en lo exterior, sino que miraré lo precioso del alma que encierran, implorando sobre cada una de ellas una bendición especial del Altísimo para su santificación. Rodeada de peligros y de enemigos, avivaré la fe pensando que estoy muy próxima a Dios, presente en todo y en todas partes, y así adquiriré gran valor, repitiendo las palabras de Job: Pone me iuxta te, et cuiusvis manus pugnet contra me.

Procuraré buscar a Dios dentro de mí misma, sin cansarme buscándole ansiosamente fuera de mí; pero intentaré tener el ánimo bien purificado de toda imperfección, procurando que no haya nunca en mí nada que ofenda a la infinita pureza de su vista y que me impida verlo y conocerlo mejor.

Gozaré de la presencia de mi Tesoro infinito, alegrándome continuamente por ver que mi ser debilísimo está próximo al Fuerte batallador, que hará todo en mí y para mí en la medida de mi confianza; andaré repitiendo a menudo: Omnia possum in Eo qui me confortat. Yo pensaré en Ti, oh amado Jesús, y descansaré en Ti, y Tú pensarás en todas mis necesidades y harás todo en mí y por mí. Creo firmemente en Ti; pero, oh Jesús, aumenta cada vez más mi fe. Espero todo de Ti, pero hazme esperar cada vez con mayor seguridad. Te amo mucho, mucho, mucho, y quiero amarte cada vez más. Todo a tu mayor gloria, oh Jesús mío. He aquí la víctima; haz de mi lo que quieras.