jueves, 19 de julio de 2018

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 100


EL SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS
1899 (Última parte)

1. No ignoramos la sublimidad, el poder de la vida de dependencia de Dios, la vida de silencio y de ocultamiento, que conducen el alma amante a gran perfección.
2. El ocultamiento procura alegrías que la pluma no puede describir.
3.  Le conduciré a la soledad y allí le hablaré al corazón. ¡Oh, mi Dilecto, qué bien se está Contigo! El mundo da enojo y pena; Tú eres un dulce paraíso y toda pena se convierte en alegría, perla preciosa que forma el collar y la diadema de tu esposa.
4. Si los mundanos conocieran el tesoro que nosotros tenemos en Jesucristo, no nos dejarían más en paz, porque correrían al Convento y a la fuerza querrían someterse a nuestro modo de vida para poder gozar de la verdadera libertad de los hijos de Dios.
5. La verdadera libertad consiste en liberarnos de todas nuestras pasiones y en no dejarnos jamás dominar por las mismas.

6.  El diablo ríe si nosotros caemos; ¡oh, no hagamos nunca un oprobio a Jesús, haciendo reír por nuestra causa al diablo, su enemigo!


jueves, 12 de julio de 2018

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 99


EL SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS
1899 (Sexta parte)

1.  La víctima grata a Dios no es quejica; no se lamenta jamás; tiene sed de padecer, no dice jamás ¡basta!
2.  Las penas del cuerpo, las del espíritu, los trabajos, los deberes de la Comunidad, las contradicciones, las villanías. las asperezas, todo es poco, todo recibe la verdadera víctima con gran generosidad e ilimitada confianza en Dios.
3.  La víctima es humilde, tiende a la muerte, a la destrucción de si y va y sigue hasta la consumación del sacrificio.
4.  La esencia de la santidad consiste en reconocer la soberanía de Dios sobre nosotros y en someternos a Él en todo y por todas partes, con plena adhesión de voluntad, plazca o no plazca a nuestra miserable humanidad, cuando Él lo dispone.
5.  Saber sufrir sin deplorar la falta de los consuelos humanos, en silencio, en paz, es cosa que, a primera vista, parece muy difícil, pero, sin embargo, es meta a la que debe llegar el alma amante consagrada a Dios.
6.  Consideramos las aflicciones como un ángel custodio, como una sombra benéfica, que impide al sol ardiente de las cosas terrenas agostar el campo de nuestra vida de perfección, que estamos obligadas a tener siempre regado con el celestial rocío del cielo, y a cultivarlo siempre con amor grande y gran humildad.
7.  No hagamos caso de nuestras inclinaciones; el alma es noble, y por eso no debe escuchar al cuerpo, que es vil.

El buen Jesús nos ha trazado el camino estrecho, pero seguro, que conduce el alma amante a gran perfección.


jueves, 5 de julio de 2018

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 98



EL SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS
1899 (Quinta parte)

El, mi Dios, da el ser a mi ser, casi una creación continua. Conserva libre el aliento a mi pecho y me da voz sonora y robusta en cuerpo grácil, para que pueda cumplir mi deber de Misionera, publicando la gloria de su amabilísimo Corazón, tan misericordioso. santo y justo.
Los más excelentes y admirables espíritus no son más que sombras en tu parangón, pero tu bondad es tan grande que con tu inmenso amor en ellos pones tus complacencias. ¡Oh Jesús, cuánto te amo y cuánto más deseo amarte! …
1.    Mantengámonos cerca de Jesús, porque perdido Jesús, perdemos todo.
2.   Cuando se retira Jesús, que es el sol de nuestras almas, no hay vegetación de progreso espiritual, sino que se hace invierno y todo es muerte.
3.   Busquemos a Jesús, que si lo encontramos, hallamos el sol, la vida, el cielo, y sepamos luego tenerlo prisionero, muy cerca, muy cerca, haciéndonos a nosotros prisioneros suyos, con el amor y el recogimiento perfectos. ¡Unión suavísima!
4.  No importa hacer cosas grandes y luminosas, sino que todo consiste en hacer bien lo que quiere Jesús de nosotros, y en la forma en que lo quiere y con las circunstancias que Él quiere.
5. La corona que se otorga a los santos la hacemos nosotras, si somos generosas y llevamos una vida observante, de verdaderas religiosas Misioneras del Divino Corazón, y faltan tal vez pocas flores, y acaso son las últimas que volvemos a poner. ¡Adelante! ¡Hagamos que, al menos, sean bellas, frescas y olorosas!



jueves, 28 de junio de 2018

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 97



EL SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS
1899 (Cuarta parte)

El me conserva de continuo, provee con amor especial a todas mis necesidades, de manera que hace que a menudo me quede atónita ante tanta finura de amor, casi de amante apasionado... Por gracia señalada y privilegio especialísimo, me hizo nacer en un país católico, de padres muy dedicados a la piedad, mientras que una infinidad están fuera de la Iglesia, infieles, hebreos, herejes, cismáticos, y, en cambio, yo nací aquí, en esta Iglesia que me suministra tantas ayudas, tantos medios, tantos socorros, de los que nacen tantas luces copiosas, estímulos, excitaciones, consuelos. ¡Oh, bondad inmensa de mi Dios, cuánto habéis hecho por mí y cuánto me obligáis con tantas finezas de amor! Por exceso de amor me disteis luego los Sacramentos. fuente saludable de la gracia. Me admitisteis a la comunión de los Santos, haciéndome partícipe de sus oraciones y de sus méritos; me disteis a Jesucristo y el Sacrificio de la Santa Misa, en el que siempre puedo participar en los méritos de la Pasión Santísima de mi Amantísimo Esposo, y pagar con ellos todas mis deudas. ¡Oh, Dios mío, qué grande, bueno y amable sois! ¡Oh liberalidad inmensa de mi Dios!, ¡cuán deudores os somos de todos vuestros beneficios incomparables, de tanta prueba de predestinación! Si tantos pueblos que se hallan entre las tinieblas y las sombras de la muerte, tantos desgraciados salvajes que viven en el seno de la barbarie, privados de las luces y de los consuelos de la religión Católica, tuviesen también sólo una parte de los medios y ayudas que tengo yo, ¿cuántos frutos no obtendríamos? ¿Y yo qué hago? ¡Oh Dios mío y mi Amor y Bien inmenso!, yo quiero corresponder a tu amor, quiero ser tu fiel esclava, quiero servirte con perfección, pero mientras tanto acepta el sentimiento de mi profunda humillación, con la cual me confieso indigna incluso de uno solo de tus favores, y acoge caritativo la buena voluntad que tengo de serte siempre sierva fiel, laboriosa, ferviente en tu santo servicio y en procurar tu gloria, conduciendo hacia Ti, en lo que me sea posible por mi poca capacidad, a los pecadores, carísimos hermanos míos, y a mis buenas y santas Hermanas, con las cuales soy indigna de vivir. In ipso vivimos, movemur et sumus.



jueves, 21 de junio de 2018

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 96



EL SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS
1899 (Tercera parte)

Te amo, ¡oh Jesús! …, pero mi corazón no está saciado, tiene una sed por amarte que lo devora. Querría amarte más, ¡oh bien inmenso! … Dilata mi corazón. llénalo de tu santo divinísimo amor, a fin de que yo me sacie, me apague la sed, amándote a Ti, contigo, por Ti. Te amo, ¡oh Jesús! Te amo. Te amo, mucho, mucho, mucho.

Declina a malo et fac bonum.
Inquire pacem et presequere eam.

La Bondad inmensa de mi Dios me creó, prefiriéndome a una infinidad de personas que pudo crear en mi lugar. Con su infinito amor me destinó al fin más noble y excelso, esto es, a amarlo, a servirlo, a convertirme en su esposa y Misionera del Divino Corazón.





jueves, 14 de junio de 2018

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 95


EL SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS

1899 (Segunda parte)

Qué felicidad siente la conciencia que no permite absolutamente que en su corazón reine otro que el corazón del amantísimo Jesús, que es el autor de la sabiduría, de la pureza, de la justicia y de todas las más bellas virtudes. Haz, Jesús mío, que me acompañe siempre una conciencia delicada y sensibilísima a las menores insinuaciones, y haz cada día más recta mi conciencia, de modo que siempre se conforme enteramente a las luces de la razón y de la fe, y se regule siempre según las máximas de tu santo Evangelio, que es para mí un manjar exquisito. Todos los bienes espirituales que adornan al alma consagrada son rayos del Sol divino que dan reflejos en ella, son riachuelos del manantial inagotable de la bondad divina que el amantísimo Jesús dispensa a su amada esposa para hacerla digna de El y semejante a El. Oh qué hermoso y admirable eres Amado, y qué inefable tu virtud y tu sabiduría.

Además, hago este acto de consagración total de mí y del Instituto, con todos los miembros que lo componen, para glorificar y consolidar Vuestro Divino Corazón, y para renovar de modo solemne todos cuantos votos, que cual dulces y suavísimos vínculos, me unen a Vuestro Amantísimo Divino Corazón.
Por el triunfo de la Santa Iglesia y que siempre sea sin mancha y sin arruga.
Para obtener un espíritu de unidad con su Jefe, y de Santidad al Sacro Colegio de los Cardenales, a todos los Prelados y a todas las almas del Sacro Culto.
Por la prosperidad de nuestro Instituto y de nuestras Misiones a la mayor gloria del Divino Corazón.
Por la santidad y auténtica robustez de espíritu en todas nuestras observancias. por cada uno de sus miembros, y que jamás ninguna cometa pecado grave o desmaye en su santa vocación.
Para obtener que me hagáis digna víctima vuestra, toda vuestra, toda dedicada a Vos sin reserva y de modo que puede de verdad complacer, consolar, glorificar y amar con un amor inmenso.


jueves, 7 de junio de 2018

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 94



EL SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS
1899 (Primera parte)


Ponte, Jesús amantísimo, como sello amoroso en el corazón de tu esposa y en su brazo para que nunca se apoye en otros, sino en Ti. Todos sus pensamientos sean dirigidos a Ti; todas sus obras, palabras, padecimientos, deleites, placeres, todo, todo sea por Ti, Amado mío, Jesús amantísimo.
Qué reconfortante, dulce, paradisíaco, es tu dulcísimo Nombre, oh Jesús, para el alma que te ama y sólo en Ti se recrea. Aunque las tinieblas cubran la tierra, aunque la oscuridad envuelva a los pueblos, aunque todos los males me amenacen, las tribulaciones y las cruces, mientras tu Nombre Santísimo. Jesús, esté esculpido en mi pecho, oh, no, yo no temeré, porque los esplendores que El irradia me volverán más segura. Oh luz eterna, oh luz divina, difunde tus rayos, disipa las tinieblas del error; salva, ay, salva a todos los pecadores, que son almas por Ti redimidas con tu preciosísima sangre.
Tu nombre dulcísimo quiere decir Salvador; salva, pues, a todos. Yo te los recomiendo, te los demando por tu Nombre dulcísimo. ln nomine tuo salvam me fac. Sí, salva a tu esposa, pero salva con ella a toda la herencia, a los empobrecidos por el pecado, que si el pecado los ha deformado y la malicia del enemigo los ha alejado de Ti, el poder de tu Nombre Santísimo los puede salvar. Al oír tu Nombre tiemblan los demonios del infierno, todos, todos los poderes se conmueven. Oh Jesús, Jesús..., Jesús..., oh dulce Nombre de Jesús, cuánto me embriaga la suave ambrosía que fluye en los labios al pronunciarte. Jesús... Jesús… Te amo. Te amo mucho, pero no estoy contenta y te quiero amar aún más: dilata, por favor, dilata mi corazón y hazlo capaz de tu inmenso amor.