jueves, 26 de julio de 2018

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 101


MI RETIRO EN PARIS
Octubre 1900

Santos protectores. La Virgen Inmaculada, los Ángeles especiales y las Santas Ánimas del Purgatorio.

Venite ad me omnes qui laborati estis et ego reficiam vos.
La paz y la tranquilidad de los Ejercicios Espirituales es tan dulce y suave, que hace probar un Paraíso anticipado en la unión íntima con el Corazón Santísimo de Jesús.
El Evangelio de Jesucristo y el Evangelio de la Cruz. En ellos nos enseña Él, el modo de alcanzar nuestra salud espiritual, o sea, la santificación. La santidad en privarse de todo cuanto atrae a la naturaleza y en aceptar valerosamente lo que la crucifica. Crucificándonos así, en breve tiempo estaremos perfectamente curados de todas nuestras enfermedades espirituales. Quien huye de esta máxima no tiene el espíritu de Jesucristo. Quien, por el contrario, tiene el valor de seguirla con todo su vigor sanará ciertamente.
Privarnos, pues, de todo cuanto atrae a nuestra naturaleza, absolutamente y sin reservas.

Por medio de la Profesión Religiosa hemos puesto en la cruz al hombre viejo, clavándolo con los clavos de los Santos Votos; pero eso no basta si no deseamos darle definitivamente la muerte. La santidad la tendremos sólo cuando el hombre viejo quede destruido, porque entonces sólo seremos libres de vivir una vida verdaderamente sobrenatural.

jueves, 19 de julio de 2018

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 100


EL SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS
1899 (Última parte)

1. No ignoramos la sublimidad, el poder de la vida de dependencia de Dios, la vida de silencio y de ocultamiento, que conducen el alma amante a gran perfección.
2. El ocultamiento procura alegrías que la pluma no puede describir.
3.  Le conduciré a la soledad y allí le hablaré al corazón. ¡Oh, mi Dilecto, qué bien se está Contigo! El mundo da enojo y pena; Tú eres un dulce paraíso y toda pena se convierte en alegría, perla preciosa que forma el collar y la diadema de tu esposa.
4. Si los mundanos conocieran el tesoro que nosotros tenemos en Jesucristo, no nos dejarían más en paz, porque correrían al Convento y a la fuerza querrían someterse a nuestro modo de vida para poder gozar de la verdadera libertad de los hijos de Dios.
5. La verdadera libertad consiste en liberarnos de todas nuestras pasiones y en no dejarnos jamás dominar por las mismas.

6.  El diablo ríe si nosotros caemos; ¡oh, no hagamos nunca un oprobio a Jesús, haciendo reír por nuestra causa al diablo, su enemigo!


jueves, 12 de julio de 2018

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 99


EL SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS
1899 (Sexta parte)

1.  La víctima grata a Dios no es quejica; no se lamenta jamás; tiene sed de padecer, no dice jamás ¡basta!
2.  Las penas del cuerpo, las del espíritu, los trabajos, los deberes de la Comunidad, las contradicciones, las villanías. las asperezas, todo es poco, todo recibe la verdadera víctima con gran generosidad e ilimitada confianza en Dios.
3.  La víctima es humilde, tiende a la muerte, a la destrucción de si y va y sigue hasta la consumación del sacrificio.
4.  La esencia de la santidad consiste en reconocer la soberanía de Dios sobre nosotros y en someternos a Él en todo y por todas partes, con plena adhesión de voluntad, plazca o no plazca a nuestra miserable humanidad, cuando Él lo dispone.
5.  Saber sufrir sin deplorar la falta de los consuelos humanos, en silencio, en paz, es cosa que, a primera vista, parece muy difícil, pero, sin embargo, es meta a la que debe llegar el alma amante consagrada a Dios.
6.  Consideramos las aflicciones como un ángel custodio, como una sombra benéfica, que impide al sol ardiente de las cosas terrenas agostar el campo de nuestra vida de perfección, que estamos obligadas a tener siempre regado con el celestial rocío del cielo, y a cultivarlo siempre con amor grande y gran humildad.
7.  No hagamos caso de nuestras inclinaciones; el alma es noble, y por eso no debe escuchar al cuerpo, que es vil.

El buen Jesús nos ha trazado el camino estrecho, pero seguro, que conduce el alma amante a gran perfección.


jueves, 5 de julio de 2018

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 98



EL SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS
1899 (Quinta parte)

El, mi Dios, da el ser a mi ser, casi una creación continua. Conserva libre el aliento a mi pecho y me da voz sonora y robusta en cuerpo grácil, para que pueda cumplir mi deber de Misionera, publicando la gloria de su amabilísimo Corazón, tan misericordioso. santo y justo.
Los más excelentes y admirables espíritus no son más que sombras en tu parangón, pero tu bondad es tan grande que con tu inmenso amor en ellos pones tus complacencias. ¡Oh Jesús, cuánto te amo y cuánto más deseo amarte! …
1.    Mantengámonos cerca de Jesús, porque perdido Jesús, perdemos todo.
2.   Cuando se retira Jesús, que es el sol de nuestras almas, no hay vegetación de progreso espiritual, sino que se hace invierno y todo es muerte.
3.   Busquemos a Jesús, que si lo encontramos, hallamos el sol, la vida, el cielo, y sepamos luego tenerlo prisionero, muy cerca, muy cerca, haciéndonos a nosotros prisioneros suyos, con el amor y el recogimiento perfectos. ¡Unión suavísima!
4.  No importa hacer cosas grandes y luminosas, sino que todo consiste en hacer bien lo que quiere Jesús de nosotros, y en la forma en que lo quiere y con las circunstancias que Él quiere.
5. La corona que se otorga a los santos la hacemos nosotras, si somos generosas y llevamos una vida observante, de verdaderas religiosas Misioneras del Divino Corazón, y faltan tal vez pocas flores, y acaso son las últimas que volvemos a poner. ¡Adelante! ¡Hagamos que, al menos, sean bellas, frescas y olorosas!



jueves, 28 de junio de 2018

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 97



EL SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS
1899 (Cuarta parte)

El me conserva de continuo, provee con amor especial a todas mis necesidades, de manera que hace que a menudo me quede atónita ante tanta finura de amor, casi de amante apasionado... Por gracia señalada y privilegio especialísimo, me hizo nacer en un país católico, de padres muy dedicados a la piedad, mientras que una infinidad están fuera de la Iglesia, infieles, hebreos, herejes, cismáticos, y, en cambio, yo nací aquí, en esta Iglesia que me suministra tantas ayudas, tantos medios, tantos socorros, de los que nacen tantas luces copiosas, estímulos, excitaciones, consuelos. ¡Oh, bondad inmensa de mi Dios, cuánto habéis hecho por mí y cuánto me obligáis con tantas finezas de amor! Por exceso de amor me disteis luego los Sacramentos. fuente saludable de la gracia. Me admitisteis a la comunión de los Santos, haciéndome partícipe de sus oraciones y de sus méritos; me disteis a Jesucristo y el Sacrificio de la Santa Misa, en el que siempre puedo participar en los méritos de la Pasión Santísima de mi Amantísimo Esposo, y pagar con ellos todas mis deudas. ¡Oh, Dios mío, qué grande, bueno y amable sois! ¡Oh liberalidad inmensa de mi Dios!, ¡cuán deudores os somos de todos vuestros beneficios incomparables, de tanta prueba de predestinación! Si tantos pueblos que se hallan entre las tinieblas y las sombras de la muerte, tantos desgraciados salvajes que viven en el seno de la barbarie, privados de las luces y de los consuelos de la religión Católica, tuviesen también sólo una parte de los medios y ayudas que tengo yo, ¿cuántos frutos no obtendríamos? ¿Y yo qué hago? ¡Oh Dios mío y mi Amor y Bien inmenso!, yo quiero corresponder a tu amor, quiero ser tu fiel esclava, quiero servirte con perfección, pero mientras tanto acepta el sentimiento de mi profunda humillación, con la cual me confieso indigna incluso de uno solo de tus favores, y acoge caritativo la buena voluntad que tengo de serte siempre sierva fiel, laboriosa, ferviente en tu santo servicio y en procurar tu gloria, conduciendo hacia Ti, en lo que me sea posible por mi poca capacidad, a los pecadores, carísimos hermanos míos, y a mis buenas y santas Hermanas, con las cuales soy indigna de vivir. In ipso vivimos, movemur et sumus.



jueves, 21 de junio de 2018

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 96



EL SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS
1899 (Tercera parte)

Te amo, ¡oh Jesús! …, pero mi corazón no está saciado, tiene una sed por amarte que lo devora. Querría amarte más, ¡oh bien inmenso! … Dilata mi corazón. llénalo de tu santo divinísimo amor, a fin de que yo me sacie, me apague la sed, amándote a Ti, contigo, por Ti. Te amo, ¡oh Jesús! Te amo. Te amo, mucho, mucho, mucho.

Declina a malo et fac bonum.
Inquire pacem et presequere eam.

La Bondad inmensa de mi Dios me creó, prefiriéndome a una infinidad de personas que pudo crear en mi lugar. Con su infinito amor me destinó al fin más noble y excelso, esto es, a amarlo, a servirlo, a convertirme en su esposa y Misionera del Divino Corazón.





jueves, 14 de junio de 2018

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 95


EL SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS

1899 (Segunda parte)

Qué felicidad siente la conciencia que no permite absolutamente que en su corazón reine otro que el corazón del amantísimo Jesús, que es el autor de la sabiduría, de la pureza, de la justicia y de todas las más bellas virtudes. Haz, Jesús mío, que me acompañe siempre una conciencia delicada y sensibilísima a las menores insinuaciones, y haz cada día más recta mi conciencia, de modo que siempre se conforme enteramente a las luces de la razón y de la fe, y se regule siempre según las máximas de tu santo Evangelio, que es para mí un manjar exquisito. Todos los bienes espirituales que adornan al alma consagrada son rayos del Sol divino que dan reflejos en ella, son riachuelos del manantial inagotable de la bondad divina que el amantísimo Jesús dispensa a su amada esposa para hacerla digna de El y semejante a El. Oh qué hermoso y admirable eres Amado, y qué inefable tu virtud y tu sabiduría.

Además, hago este acto de consagración total de mí y del Instituto, con todos los miembros que lo componen, para glorificar y consolidar Vuestro Divino Corazón, y para renovar de modo solemne todos cuantos votos, que cual dulces y suavísimos vínculos, me unen a Vuestro Amantísimo Divino Corazón.
Por el triunfo de la Santa Iglesia y que siempre sea sin mancha y sin arruga.
Para obtener un espíritu de unidad con su Jefe, y de Santidad al Sacro Colegio de los Cardenales, a todos los Prelados y a todas las almas del Sacro Culto.
Por la prosperidad de nuestro Instituto y de nuestras Misiones a la mayor gloria del Divino Corazón.
Por la santidad y auténtica robustez de espíritu en todas nuestras observancias. por cada uno de sus miembros, y que jamás ninguna cometa pecado grave o desmaye en su santa vocación.
Para obtener que me hagáis digna víctima vuestra, toda vuestra, toda dedicada a Vos sin reserva y de modo que puede de verdad complacer, consolar, glorificar y amar con un amor inmenso.