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miércoles, 31 de marzo de 2021

Hacia la Pascua... hacia el Capítulo General: un viaje espiritual (3ra parte)

 


Perspectivas

Aunque divididos por la distancia, viajamos juntos como peregrinos por un camino con sus temporadas de soledad y de participación. Jesús permanece cerca de nosotros, hablando a nuestros corazones, invitándonos a sopesar el significado de todo lo que estamos experimentando, solos y juntos. Por lo tanto, mediante la lente de la tradición Cabriniana y el testimonio de la historia del Evangelio, continuamos reflexionando sobre los signos de nuestro tiempo. Aunque mucho permanece envuelto en misterio, estamos bendecidos con momentos de perspicacia y claridad. Así que, a medida que avanzamos, hagámoslo con renovada esperanza y confianza, tanto en Dios como en los demás. Porque al profundizar en nuestra conversación descubriremos nuevos énfasis, nuevas percepciones y nuevos desafíos para que los participantes en el Capítulo General los exploren durante estos días de gracia.

Mark Davis

 

“Jesús... no tiene su morada fuera de nosotros, sino dentro de nosotros: su trono de amor está dentro de cada uno de nuestros corazones”.

Sta. Francisca Cabrini




Salmo Inicial

En Dios solamente espera en silencio mi alma;

de Él viene mi salvación.

Sólo Él es mi roca y mi salvación,

mi baluarte, nunca seré sacudido.

 

En Dios solamente espera en silencio mi alma;

pues de Él viene mi esperanza.

Sólo Él es mi roca y mi salvación,

mi baluarte, nunca seré sacudido.

 

En el silencio descansa mi libertad y mi guía;

porque Tú eres el Corazón de mi corazón,

Tú me hablas en el silencio.

(Salmo 62)

 

Escritura

Entonces Jesús les dijo: ¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera todas estas cosas y entrara en su gloria?

Y comenzando por Moisés y continuando con todos los profetas, les explicó lo referente a Él en todas las Escrituras. 

Se acercaron a la aldea adonde iban, y Él hizo como que iba más lejos. Y ellos le instaron, diciendo: Quédate con nosotros, porque está atardeciendo, y el día ya ha declinado. Y entró a quedarse con ellos.

Y sucedió que al sentarse a la mesa con ellos, tomó pan, y lo bendijo; y partiéndolo, les dio. Entonces les fueron abiertos los ojos y le reconocieron; pero Él desapareció de la presencia de ellos.

Lucas 24:25-31

 

Lecturas

Abrirse a las ideas, incluso a aquellas con las que no estamos de acuerdo, es lo que debe hacer el buen viajero. Bienaventurados quienes entienden las palabras: “Si no estás de acuerdo conmigo, entonces tienes algo que darme.” 

Es posible viajar solos. Pero el buen viajero sabe que el viaje es vida humana y que en la vida se necesita compañía. “Compañero” significa “el que come el mismo pan”. Bienaventurados los que siempre se sienten en el camino y todas las personas que encuentran son sus compañeros elegidos.

El buen viajero cuida de sus compañeros de viaje cansados. Comprende cuando se desaniman. Los acepta como son y los escucha con inteligencia, con gentileza, pero, sobre todo, con amor. Los animan a seguir adelante y a recuperar su alegría en el viaje.

Dom Helder Camara

 

Los dones del Espíritu siempre encierran en sí una fuerza innovadora que no envejece con el pasar del tiempo y ofrecen a cuantos se abren a la gracia, la capacidad de leer e interpretar lo nuevo que continuamente nace en nosotros y a nuestro alrededor. Esta capacidad de intuición en la lectura de los signos de los tiempos, tan presente en Madre Cabrini, forma parte de la herencia que ha dejado a su Instituto. En el contexto actual, asume una importancia notable dada la rapidez de los cambios que se producen en la sociedad de hoy.

Madre Lina Colombini MSC

 


En nuestra espera

En nuestras oraciones

En nuestro ser…

Que demos a conocer tu amor

 

Con nuestras acciones

Con nuestras palabras

Con nuestras elecciones…

Que demos a conocer tu amor

 

En nuestras lágrimas

En nuestra risa

En nuestro silencio…

Que demos a conocer tu amor

 

Con nuestro compartir

Con nuestra escucha

Con nuestro refugio…

Que demos a conocer tu amor

 


En una crisis, hay un espacio bien abierto para la contribución. No hay tiempo para preocuparse o dudar, hay pocas o ninguna regla. La gente tiene un profundo deseo de ayudar, así que hace milagros. Descubrimos capacidades que no sabíamos que teníamos. El caos y la urgencia de un desastre anima a la gente a intentar cualquier cosa, más allá de cualquier plan o entrenamiento. Como dijo una persona: “No hay riesgo, porque ya es un desastre. Sólo sigues haciendo lo que puedas para ayudar. Si una cosa no funciona, intentas otra cosa”.

Cuando trabajamos por el bien común, nos experimentamos unos a otros de nuevas maneras. No nos preocupamos por las diferencias, o el estatus, o las relaciones de poder tradicionales. Nos preocupamos por si tendremos éxito en lograr lo que se necesita hacer. Nos centramos en el trabajo, no en el otro. Aprendemos lo que es la confianza. Aprendemos la necesidad de una buena comunicación. El trabajo que sirve al bien común no nos quita la energía. En su lugar, la energía se derrama en nuestros cuerpos a nuestros corazones abiertos y espíritus generosos.

¿Y si usamos nuestras experiencias de trabajo por el bien común como el estándar? Dejaríamos de tolerar el trabajo y las vidas que gradualmente disuelven nuestra creencia en el otro. Podríamos empezar a insistir en las condiciones que sacan lo mejor de nosotros... si aumentáramos nuestras expectativas, entonces no haría falta una crisis para que experimentemos la satisfacción de trabajar juntos, disfrutar de hacer un trabajo que sirva a otros seres humanos.

Margaret Wheatley, “Turning To One Another”

 


Dios de unidad,

muéstranos lo que tenemos en común,

cuando no podamos verlo por nosotros mismos.

 

Dios de nuestro compartir,

ofrécenos lo que nos acerque

aun cuando pensemos que ya estamos lo suficientemente cerca.

 

Dios de nuestra comunión,

muéstranos lo que significa la verdadera comunión

con quien actúa de manera diferente de nosotros.

 

Dios de nuestras relaciones

muéstranos cómo fortalecer nuestros lazos

especialmente cuando amenazan con romperse.

 

Dios de nuestra comprensión,

revélanos más del misterio

que nos lleva más allá de nuestro limitado conocimiento.

 

Dios de nuestra reticencia,

muéstranos más de lo que es posible

a tu manera y en tu amor.

 


Oración Final

Deja que la luz me envuelva

para que mi ojo interior

pueda ver claramente el camino que nos espera.

Deja que mi mente pueda abrirse

para poder reconocer las señales a lo largo del camino.

 

Concédeme la sabiduría

que nace del reconocer lo verdadero de lo falso.

Y guía mis pasos,

pues si flaqueo o tropiezo,

trastabillando por antiguas creencias que aún me atan,

pueda seguir adelante con coraje,

y con la determinación que la persistencia proporciona.

 

Déjame ser acogido en el Amor

con el que toda la creación se mueve.

Amén.

Ruth Burgess

 

 


Padre Celestial,

te agradecemos todas las gracias y bendiciones

de nuestro camino compartido

como seguidores de Jesús en el carisma Cabriniano.

Que tu presencia permanente renueve nuestras

mentes y nuestros corazones,

en el camino hacia nuestro XVI Capítulo General.

 

Sagrado Corazón de Jesús,

libera en nosotros la pasión y el deseo

por ti que llenó el corazón de Santa Francisca Cabrini

al llevar tu amor liberador a los pueblos de todo el mundo.

Libéranos de todo lo que nos impediría entrar

plena y generosamente en este tiempo favorable

de discernimiento y renovación.

 

Espíritu Santo,

respira en nosotros una vez más

para que a través de nuestra escucha,

conversación y toma de decisiones

podamos abrazar el futuro con valor, libertad y fe.

Da alas a los deseos de nuestro corazón

para que, cada vez más cerca del Corazón de Cristo,

podamos entrar con alegría y abandono

en los horizontes de Dios.

Amén.

 

 


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