Hna. María Barbagallo, Liberaos y alzad el vuelo
Codogno 2018
Capítulo 6:
“Todo lo puedo en Aquél que me conforta”:
Perderse para encontrarse en Dios
Reconociendo cómo la experiencia de la
propia fragilidad puede desalentar a los jóvenes a la hora de decidirse a donar
sus vidas a Dios, les dirige un llamamiento desde la nave que la conduce a
Nueva York:
“Tal
vez alguna dirá: pero yo soy débil, pobre, ignorante y no me atrevo a tal
empresa. No temáis nada y como ya os he dicho desconfiad de vosotras y
confiad en Jesús. Omnia possum in Eo qui me confortat. Con Dios haré cosas
grandes. Quien nos llama es aquél mismo Jesús que dijo: “Sed perfectos como
perfecto es mi Padre”. Y ¿cómo llegar a tal perfección? Con la gracia de Aquél
que se digna imponérnosla. Con Dios se puede todo, y cuando la virgen es
humilde, desconfía de sí y se confía por entero a Jesucristo, se hace poderosa
y puede a cada instante repetir: Con Dios llevaré a cabo cosas grandes”.[1]
La confianza da también el valor de asumir
la propia responsabilidad, de arriesgarse a fracasar, de pedirse a sí misma
impulsos de creatividad, iniciativas, soluciones. Madre Cabrini atribuye esta
valentía a la acción vigorosa del Espíritu Santo del que fue muy devota:
“El
Espíritu Santo es un sol cuya luz se refleja en las almas justas, es un océano
sin fondo y sin orillas, cuyas aguas son hermosas, brillantes, cristalinas,
vitales, se difunden continuamente, abundantemente, en las almas que por su
parte no ponen obstáculos, ni se oponen al Espíritu Paráclito. Las almas justas
que viven en estas aguas saludables, siempre están alegres, joviales, seguras,
pacíficas, llenas de confianza y de gran fe en Dios; no temen nada, todo lo
emprenden con gran valor y sus empresas siempre son fecundas. Ellas son
verdaderos cielos animados por Dios que relatan, con el ejercicio de sus
virtudes y obras, las maravillas del Señor; ellas son el resplandor de la
Iglesia, el honor de la humanidad, el aroma de Jesucristo, y forman las
delicias de su Corazón Divino”.[2]
[1] Cfr. Entre una y otra ola, pág. 160-161
[2] Cfr. Entre una y otra ola, pág. 237-238
El capítulo completo lo encuentran en la carpeta "Material" o haciendo clic aquí.
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