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Y sigue repasando en voz alta este crecimiento que, sin dudas, la determina.
"Esto me abrió el panorama. También fue muy fuerte estar con las pupilas; estar con ellas me develó otra realidad pero, lo definitivo en mi vida y en mi vocación fue la ida a Nicaragua. Ahí, verdaderamente, uno estuvo con el pueblo. Pero, como ya dije, el despertar al verdadero sentido de la misión me lo dio Madre Teresa en Capilla del Monte. ¡Qué libertad tenía! Y esa otra hermana, Madre Michelina, que la hicieron salir de Argentina por la acusación que le hizo la supervisora que vino a comprobar si era cierto que las hermanas estaban tan en contacto con los pobres y con la gente. A Michelina la trasladaron a Brasil y ella se va por el sur y arma otra misión. A Teresa la dejan en Capilla del Monte. En esa Comunidad estaban todas las hermanas mayores y enfermas. Ella siguió con lo suyo, trabajaba en la parroquia y por los pueblos de los alrededores. El sacerdote llegaba a caballo y a ella, a veces la alcanzaban en auto teniendo que dar vueltas muy grandes por la falta de caminos entre las sierras".
Parroquia San Antonio de Padua - Capilla del Monte
Estas hermanas le estaban poniendo vida anticipada a lo que después se plasmara en las Constituciones, al final del Capítulo 16.
"Animada por el espíritu de Madre Cabrini, la Misionera se esforzará (...) en guiar a todos a la plenitud de la fe" (Constituciones 1982, Punto 16).
"Siento, siempre siento que esta
necesidad de acercarme y no dejar pasar desapercibido al pobre y al necesitado,
la tuve y se mantiene viva gracias a la Hermana Teresa, a partir de ese tiempo
vivido en Capilla del Monte. Cuando supe que ella había fallecido empecé a
pedirle y le sigo pidiendo que me conceda la gracia de ser sensible y de amar
verdaderamente a los pobres, así como ella los amaba. Creo que me lo ha
concedido y me lo sigue concediendo".
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