jueves, 30 de abril de 2020

El "celo devorador" (8va Parte)



Hna. María Barbagallo, Liberaos y alzad el vuelo
Codogno 2018




Capítulo 5:
El "celo devorador":
Todo a la Mayor Gloria del Corazón SS. de Jesús




En sus Propósitos Madre Cabrini anotaba:

“Cuando no son escuchadas las palabras, recurramos a la oración. Digamos al Corazón de Jesús que Él toque los corazones de las creaturas, y ¡cuánto mejor que nosotros la hará Él!”[1]

Este sufrimiento puede turbar cuando se ve la urgencia y las pocas fuerzas que tenemos. Visitando los indígenas de Centro América, Madre Cabrini sentía la tristeza de no poder quedarse con ellos:

“Y un sentimiento de íntima pena me oprimía el corazón al no poder, por el momento, quedarme entre ellos y dedicarme su cultura espiritual e intelectual por falta de misioneras. Actualmente son ya más de cuatrocientas las Misioneras del Sagrado Corazón que trabajan noche y día en Estados Unidos y, sin embargo, son como un manojo de espigas en un campo inmenso. ¡Que el Sagrado Corazón de Jesús nos conceda el que, para mayor gloria suya y salvación de las almas por Él redimidas, vengan muchas almas generosas a enrolarse en nuestras filas bajo la bandera del Sagrado Corazón! Hay campo aquí para todas, para cualquier actividad, para todos los talentos, para todas las inclinaciones. Aquella que se consagra a Jesús como Misionera suya, dispuesta desplazarse hasta los últimos confines de la tierra para llevar su nombre, aún con el sacrificio de los más queridos afectos y de la misma vida, es verdadera heroína, en cuyo corazón está viva la llama de la caridad. Ella no atrofia su propio corazón, ni pone bajo la ceniza la vívida chispa de inteligencia con la que Dios le ha dotado; al contrario, la llama encendida en el corazón se convierte en verdadero volcán de caridad que todo lo incendia: esa chispa se hace una brillante antorcha de cuya luz huyen las tinieblas, y las almas errantes descubren el camino. Feliz aquella que pueda presentarse ante el tribunal de Dios seguida de un gran número de almas salvadas por mediación suya.”[2]

Un fruto del cielo devorador es precisamente el desarrollo de las capacidades naturales puestas al servicio del Reino. La concienciación que Madre Cabrini ha tratado de realizar en las personas que comparten su ideal en sintonía con lo que dice el Evangelio (cfr. Mt 25,14-30), es la realización de sí misma que, admitiendo su propia incapacidad, crea las condiciones para un compromiso gozoso y cordial:

“Él demanda con justicia que nosotras pongamos a fructificar estos talentos para que produzcan cuanto deben. El campo de nuestras almas en el que se siembra la buena semilla de trigo no tiene en todas la misma fertilidad; unas no pueden hacer más que diez, otras veinte o sesenta y uno, otras hasta cien. Estos grados de fertilidad son un regalo que Dios se complace en repartir a las almas, según el designio que tiene sobre cada una. Pero acordaos bien que a nosotras concierne el sacar de este regalo de Dios, el provecho que Él tiene derecho a esperar, y es nuestra culpa, y esto nos debe avergonzar, si la ganancia no responde a la medida de los talentos, ni la mies a la fertilidad del terreno por falta de cooperación.”[3]

El secreto será siempre el amor que impulsa a la acción desde dentro. Un amor basado en el Corazón de Jesús y por lo tanto constante y perseverante, incluso en la insatisfacción. Madre Cabrini sabe que tiene que apoyar a las Hermanas en el celo e insiste:

“A la obra pues, hijas, lanzad en medio de estas legiones de jóvenes el grito de alarma ¡a la mayor gloria del Corazón de Jesús! Mostradles los intereses de este Corazón Divino esparcidos por toda la tierra, almas que a Él le han costado tormentos y muerte y se pierden por falta de alguien que les conduzca por el recto camino, mentes desviadas por el error y que una palabra animada del espíritu divino, puede vislumbrar la búsqueda de la verdad y miles de otros sagrados intereses que las almas amantes del Corazón de Jesús tienen que tomarse en serio.”[4]



[1] Cfr. Pensamientos y Propósitos, pág. 69
[2] Cfr. Entre una y otra ola, pág. 557-558
[3] Cfr. La Stella del Mattino, pág. 193-194
[4] Cfr. Epistolario, Vol 3°, Lett. n. 987

El capítulo completo lo encuentran en la carpeta "Material" o haciendo clic aquí.





jueves, 23 de abril de 2020

El "celo devorador" (7ma Parte)



Hna. María Barbagallo, Liberaos y alzad el vuelo
Codogno 2018




Capítulo 5:
El "celo devorador":
Todo a la Mayor Gloria del Corazón SS. de Jesús




Otra imagen que emerge de otra “strenna”: “una concha como don”. En ésta, Madre Cabrini encuentra semejanzas con el alma que anhela el sublime encuentro con Dios:

“Las conchas madreperlas más finas están en alta mar en la superficie del agua y, por la noche, mientras el cielo prepara en primavera las gotas de fresco rocío y la lluvia sobre la superficie del mar, las madreperlas diligentes abren sus conchas y reciben las gotas que las convertirán en perlas preciosas, mientras las menos diligentes y soñolientas que tienen cerradas sus conchas, no reciben las gotas que el cielo había enviado para todas.
Así es en vosotras, hijas mías, que a semejanza de las madreperlas, os lanzáis al mar prodigioso de la Religión, debéis levantaros de madrugada y con máxima diligencia abrir vuestra alma delante de Dios; sumergíos en la divina contemplación de la vida de Jesucristo y de sus divinos misterios y recibiréis suavemente esas preciosas gotas de santo amor para trabajarlas en vuestro espíritu durante el día, logrando un tesoro en todas las ocasiones de practicar las virtudes de una Esposa de Cristo, de la verdadera Misionera, adornándose así de perlas preciosas con las cuales podréis presentaros menos indignamente para recibir con creciente provecho él maná escondido que el Corazón de Jesús no deja de enviaros para haceros subir, o diré mejor, de llevaros a la cima inmaculada del monte santo de la perfección, donde podréis llegar a ver la incomprensible belleza de las raíces encantadoras de la virtud de María Santísima ya que “fundamenta eius in montibus sanctis (su cimiento está en el monte santo)” ¡Oh, profundidad de la sabiduría de Dios…! qué excesiva es la riqueza de la Divina Bondad… Su amor hacia nosotras es un abismo incomprensible.”[1]

El sufrimiento que comporta el celo devorador parece casi el deseo de Jesús cuando dice: “He venido a prender fuego a la tierra y ¡cuánto deseo que ya esté ardiendo!” (Lc 12,49), es también el sufrimiento de no poder llegar a todas partes:

“¡Cómo sufre el corazón de la Misionera que, encendida en celo por la gloria de Dios y la salvación de las almas, siente sus propias fuerzas paralizadas por la impotencia de no poder llegar a todas partes donde los intereses de Dios la llaman…!”[2]

El “fuego” al que alude Madre Cabrini es el del “amor santo”, el que tiene que arder en el corazón de la Misionera que está abierta a las disposiciones de Dios:

“Amad así al Instituto y Jesús se complacerá en vosotras, siempre estará cerca de vosotras y en vosotras encenderá el fuego de su santo Amor. ¡Sí!, hijas mías, desead ardientemente el santo amor de Dios ¡Ignem veni mittere in terram! (¡Fuego he venido a traer a la tierra!). Sí, Jesús Niño, vuestro Esposo ha venido para encender este fuego de amor en cada uno de vuestros corazones, haced que ardan de amor por Él para que todas podáis convertiros en víctimas bienaventuradas de este sagrado fuego que consume toda escoria de las aflicciones terrenas y de la estimación propia. Decid a Jesús que todo fuera de Él os es insípido, aburrido, amargo; que vuestra única porción es Él; que día y noche le buscáis a Él como vuestra paz, vuestro gozo, vuestro único tesoro y gloria. Vuestros labios, que esta noche han sido tocados por el Cordero Inmaculado, que exhala miel y santo ardor, os sugerirá los más santos y ardientes afectos, verdaderamente dignos de la Esposa pura y humilde de Jesús.”[3]

Y la oración compensa siempre de todo porque es “como fuego ardiente”:

“La oración es potente, tiene la propiedad de poder penetrar en todas partes; allá donde encuentra miserias, indigencias, dolores, ella lleva gracia, consuelo, salvación. Su actividad es más grande que la del fuego ardiente, su velocidad el como el pensamiento de un querubín. Sabed valeros de tan potentes medios en favor de tantos que no conocen o no aman a Dios.”[4]



[1] Cfr. La Stella del Mattino, pág. 72-73
[2] Cfr. Entre una y otra ola, pág. 556
[3] Cfr. Epistolario, Vol 1°, Lett. n. 422
[4] Cfr. La Stella del Mattino, pág. 130, n. 5

El capítulo completo lo encuentran en la carpeta "Material" o haciendo clic aquí.





jueves, 16 de abril de 2020

El "celo devorador" (6ta Parte)



Hna. María Barbagallo, Liberaos y alzad el vuelo
Codogno 2018




Capítulo 5:
El "celo devorador":
Todo a la Mayor Gloria del Corazón SS. de Jesús





Incluso en el camino de crecimiento espiritual que cada persona hace, el celo por la gloria de Dios responde a la ley de maduración en la fe, la esperanza y la caridad. El celo por la salvación de las almas que tanto apasionó a Madre Cabrini, crece con el crecer del amor y la capacidad de amar. Muchas veces las personas comprometidas en el apostolado, sienten demasiado su incapacidad y, a veces, una cierta frialdad hacia la evangelización.
Madre Cabrini trata de encenderles el fuego del amor para la gloria del Corazón de Jesús:

“Si el corazón de Jesús tiene tan grandes deseos sobre nuestro Instituto que se digna servirse de nuestra pobre obra, las últimas en la Iglesia de Dios, cómo no sentirnos animadas por el más vivo agradecimiento; porque, por otra parte, sabemos que, por más débil que sea del instrumento, siempre se pueden hacer maravillas en las manos de Jesús, y ¿no trataremos de corresponder con todo el entusiasmo a esa predilección tan admirable de amor?”[1]

Pero también en las situaciones de dificultad personal se necesita una fe pura y la capacidad de aceptar las dificultades de la subida al “monte santo”, como tantas veces recomienda Madre Cabrini. En una de sus circulares llamada “strenne”, el año 1893, habla de “un sarmiento de vid”, casi comentando la parábola evangélica: “yo soy la vid y vosotros los sarmientos” (Cfr. Jn 15,1):

“Hace un año que observo un sarmiento y cada vez que lo admiro me mueve a más serias meditaciones, que representan nuestra vida. Para vosotras el bello sarmiento. Yo lo vi en el pasado otoño cortado por el experto jardinero y sepultado bajo tierra. En la primavera lo vi elevarse bello, lozano, pero de nuevo fue mortificado, estaba seco: lloró y con su llanto se hacía cada día más hermoso.
Creció a una buena altura, pero siempre apoyado a un árbol robusto; trabajó muchísimo y sus grandes racimos eran muy atractivos por sus tonalidades púrpuras, rojo y verde.
Después de la vendimia vio que su cima de nuevo había bajado hasta la tierra y parecía estar a las expectativas del jardinero para que de nuevo mortificase y sepultase su más hermosa parte para que pudiera resurgir de nuevo en la primavera siguiente. Aquel sublime sarmiento, hijas, es la vida que nos representa y nos debe servir de ejemplo. Él, mortificado y sepultado, nos enseña la mortificación interna y externa y la continua humillación que nos debe acompañar en todos nuestros pasos, en todas las ocasiones para poder así resurgir en infinitas primaveras en la alegría de la imitación de Cristo, sumamente mortificado y humillado. El resurgir lozano de aquel sarmiento en abril, indica el impulso con el que debemos movernos continuamente hacia la virtud y encaminarnos con esfuerzo al santo monte. Los nuevos cortes del experto jardinero y el llanto misterioso de las ramas cortadas, nos enseñan a nosotros cómo no tenemos que cansarnos nunca de mortificarnos y de llorar nuestras faltas con una contrición perfecta, la cual limpia el alma y la hace cada vez más digna de las preciosas gracias del cielo.
El crecer de la vid a una buena altura, pero siempre apoyada en su gran árbol, nos dice claramente que nosotras también tenemos que crecer continuamente en virtud y trabajar sin cansarnos nunca, pero siempre apoyadas en el gran árbol, sin alejarnos nunca ni por orgullo, ni por deseo de vanidad, engaños que frecuentemente acaecen en las mentes pueriles que se deslumbran ante una fantástica y colorida virtud dejando la sustancia.
Pero nunca será engañada quien deje absoluta libertad de cortar y mortificar al jardinero, y quien, imitando aquel sarmiento, después de mucho trabajar se abajará hasta la tierra en el polvo de la propia miseria confesando ser nada y nada poder sin la ayuda de Jesucristo que es nuestra verdadera vid, el autor de todo nuestro bien, y su Corazón el centro al que debemos aspirar continuamente.
Meditando al fin, sobre el bello racimo de color violeta de la humildad, el rojo de la caridad, combinado con las diferentes virtudes religiosas y el verde de la esperanza confiada, me parecía oír una voz misteriosa que me repetía: este sarmiento es la Religiosa Misionera.
Mientras ella se apoye en su gran árbol, entregándose por completo y dejándose guiar como un niño sin fuerza propia, crecerá todos los días en perfección, dará a las Hermanas un ejemplo de muchas y preciosas virtudes, y entonces yo exprimiré esos preciosos nacimos para hacer un vino delicioso con el que podré embriagar a mi fiel amada con una dulzura celestial.”[2]


[1] Cfr. Epistolario, Vol 3°, Lett. n. 987
[2] Cfr. La Stella del Mattino, pág. 56-58


El capítulo completo lo encuentran en la carpeta "Material" o haciendo clic aquí.



viernes, 10 de abril de 2020

Testimonios desde casa... "Viernes Santo"


Sin dudas hoy centramos la mirada en la Cruz y en el eterno sacrificio de Amor de Jesús. Pero también podemos reflexionar en torno a dos imágenes: “Verónica” (o “La Verónica”) y Poncio Pilato.
Según nos cuenta la tradición, ella limpió el rostro de Jesús en su camino hacia la Cruz (Via Crucis) y por la suciedad (tierra, transpiración, sangre) quedaron casi como impresos sus rasgos. El rostro del Crucificado hoy, es el de quienes son víctimas de la violencia, la injusticia, el desprecio, la marginalidad, la pobreza, la enfermedad, la soledad... La Cruz que cargó Jesús no pesaba tanto por la madera, sino porque encerraba en sí los dolores de toda la humanidad, la maldad, la falta de amor…el pecado ¡Cuántos hermanos y hermanas cargan sobre sí cruces sin que nadie los acompañe y los libere!
El acto de piedad de Verónica pasó a la historia, ella pudo ver más allá del “reo a quien estaban condenando”, ella lo miró con amor y actuó. Se abrió paso entre la multitud espectadora y, gracias a ella, Jesús pudo tener en esos instantes de tanta crueldad, un oasis de ternura. La crisis que está atravesando la humanidad necesita de muchas “verónicas” que se animen simbólica pero también literalmente, a mirar con amor a quienes son condenados por la pobreza, la enfermedad, la violencia o tantas miserias que hacen que tantos hermanos y hermanas no vivan dignamente. Que nos animemos a dar el paso y actuar desde la misericordia.
Y con tanto que se nos pide lavarnos las manos, ¿cómo no mencionar a Poncio Pilato y su tan célebre “lavado de manos”? ¡Qué paradójico! Lo que en esa situación representó omisión, no hacerse cargo, cobardía, no comprometerse, hacerse a un lado… hoy esto mismo es un gesto de amor, responsabilidad, higiene, cuidado.
Sin dudas, este Viernes Santo nos invita a hacer una opción. Que solo nos lavemos las manos para cuidar la higiene y la salud. Que nunca nos lavemos las manos de nuestras responsabilidades. Que nunca nos lavemos las manos a la hora de hacer justicia, de decir la verdad, de luchar por los derechos, de expresar amor, de dignificar al prójimo. No permitamos que la comodidad de nuestra realidad, de nuestra casa, de nuestro “buen pasar” nos tienten a lavarnos las manos (y quizás cerrar los ojos) para no ayudar a quienes más nos necesitan.
El Viernes Santo encierra una Entrega de Amor. Que hoy podamos ver con ternura a quienes están sufriendo espiritual y materialmente, corramos los obstáculos y seamos ayuda, compromiso, dignidad…AMOR. 
Paula Raiker
Profesora del Instituto Cabrini de Buenos Aires, Argentina



Viernes Santo 2020


Reflexión a partir del relato de la muerte de Jesús, a cargo de Pablo Cicutti




Esta noche, Jesús cena en casa...


Reflexión a partir de los relatos de la última cena, a cargo de Pablo Cicutti




jueves, 9 de abril de 2020

El "celo devorador" (5ta Parte)



Hna. María Barbagallo, Liberaos y alzad el vuelo
Codogno 2018




Capítulo 5:
El "celo devorador":
Todo a la Mayor Gloria del Corazón SS. de Jesús




La espiritualidad que deriva de la experiencia cristiana de Madre Cabrini está estrechamente unida a la vida y a la práctica cristiana. Como San Pablo a los Colosenses, Madre Cabrini invita a “perseverar en la oración” (Col 4,2). En una larga página tomada de las cartas escritas durante sus viajes, insiste sobre la oración unida a la práctica de la virtud y sobre todo unida a la misión de Jesús:

“Orad, orad, sin descanso, porque la salvación de esta gente no está en la fuerza material, ni en la vana ciencia que nubla y ciega la mente, ni en las armas, ni en las industrias humanas, ni en los congresos estériles y diplomáticos, ni en todo lo que sabe a mundano y terreno, sino que la gracia de su salvación debe venir sólo del Corazón Adorable de Jesucristo, de este Corazón amantísimo del Supremo Pastor, que ha congregado unidos a los apóstoles y ha prometido gracia y bendición a todos los sucesores que fuesen fieles a la unión con la piedra fundamental, el Papa. Rezad, hijas, rezad mucho por nuestras Hermanas que se hallan en las diversas misiones de los Estados Unidos, para que el buen Jesús las asista, las ilumine y haga fecundas sus fatigas para convertir muchas almas. Sí, rezad con gran fe en las horas de adoración, porque si nuestras palabras no están fecundadas por Jesús, no podremos hacer nunca el bien.
La conversión de los pecadores, la santificación de las almas no dependen de la fría y estéril elocuencia humana y de las florituras de un estilo elegante o rebuscado; sino que todo depende de la gracia fecundadora de Jesucristo. Sí, sólo Jesús es la vida de nuestros santos discursos e insinuaciones; Él ilumina la mente, conmueve los corazones, siembra las virtudes, anima a emprender obras grandes y perfectas. Es Jesús el que, por la voz de quien enseña con celo y con fe, obra prodigios en las almas, renueva milagros, hace maravillas. Con cuánta sabiduría el buen Jesús penetra en el santuario de los corazones humanos. Respeta, eso sí, la libertad de todos, ilumina con la verdad y con su luz divina, conmueve e invita suavemente al premio celestial: sí, es Jesús, hijas mías, nuestro amado Jesús, que con su muerte venció al infierno y al pecado, y a quien el Padre celestial le dio como herencia todas las gentes. ¡Qué cosa tan consoladora es pensar que nosotras y toda la gente que queremos convertir, somos el Reino de Jesús, parte de la misión de Jesús, herencia preciosísima de Jesús! Y qué fiesta hace Jesús por la conversión de un alma pecadora, qué alegría experimenta su Divino Corazón, cuando recupera la oveja perdida. ¡Cuánta gloria cuando podemos reconducir de nuevo un alma a sus brazos amorosos! Y nosotras, ¿no querremos multiplicar estas alegrías al Corazón de Jesús, procurando, sea con la oración, sea con nuestras obras, nuevas conquistas de almas y nuevas adquisiciones de corazones que le amen mucho? Imitemos la caridad del Corazón adorable de Jesús en la salvación de las almas, hagámonos todas a todos para ganarlos a todos a Cristo, como lo hace Él continuamente. Si obramos así, hijas mías, ¡qué rica mies de méritos y de virtudes!; porque lo que hagamos a las almas, Jesús lo considera como hecho a Él. Él anota en el libro de la vida todos los trabajos, todas las penas, todas las cruces que nosotros sufrimos por la salvación y santificación de las almas. Él anota los días, las horas y los momentos que empleamos en este ejercicio, y todo, por la bondad soberana del Corazón Santísimo de Jesús, algún día nos será pagado con creces. Hasta una palabra que digamos con caridad, nos será ampliamente recompensada, porque cualquier cosa que se hace por y con Jesús, es siempre grande.”[1]



[1] Cfr. Entre una y otra ola, pág. 210-212

El capítulo completo lo encuentran en la carpeta "Material" o haciendo clic aquí.



martes, 7 de abril de 2020

Testimonios desde casa... "Este tiempo de cuarentena"



Querida Comunidad Cabriniana: 
Es momento de pensar con el corazón, de encontrarse con uno mismo, de revisar la vida que queremos llevar y quiénes aspiramos a ser. Es tiempo de encontrarse con los otros de otra manera, de extrañar aquellas presencias habituales que hoy ya no lo son. El aislamiento obligatorio pone a prueba los impulsos y las fuerzas más viscerales para otorgarles paciencia y templanza. 
Es momento de ser parte de la vida de los otros y que ellos formen parte de la nuestra, de buscar el modo de conectarnos y comunicarnos. 
Es tiempo de valorar lo construido, la familia, los amigos, el trabajo con una mirada contemplativa, reflexiva y crítica.  
Es momento de derramar amor siempre, lo demás viene solo. La paz en el corazón se construye día a día, Hoy nuestra convivencia pedagógica es a distancia y exige que seamos más responsables y criteriosos para hablarnos con claridad y coherencia.
Es el tiempo de ordenar para acomodarse a lo nuevo e inesperado, de mirar lo desconocido, lo amenazante como un desafío que nos permita cuidarnos entre todos y a uno mismo. Es pensar y reflexionar sobre lo hecho para ser mejores personas.
Es momento de volver a lo natural, genuino y generoso. Añorar los abrazos y los buenos gestos que propicia la cotidianidad y hoy parecen lejanos… extrañar cruzarnos en los pasillos con nuestros estudiantes y con nuestros pares, de sonreírnos y reírnos juntos.
"En este barco estamos todos"... "solos nos hundimos"... (Papa Francisco)
Es el ahora para pensar el rumbo de nuestras vidas, tomar el timón y definir hacia dónde queremos llegar.
Nuestro barco es la escuela y quienes participamos en ella, lo hacemos pensando en dar respuestas  a lo que hoy nos preocupa. La soledad del aislamiento preventivo nos genera ansiedad pero también ganas de salir adelante y para ello trabajamos con esmero y dedicación.
Nuestra escuela es una comunidad de brazos abiertos que desean ser correspondidos y esperamos con ansias que este tiempo de cuidado de la salud mundial sea tiempo de amar profundamente y aprender de una nueva convivencia. Lo mejor está por llegar.

Yésica Soldano e Ileana Parafita
Equipo Directivo, Nivel Medio, Instituto Cabrini de Buenos Aires, Argentina






Testimonios desde casa... "Simple..." y "Has redimido al mundo"



SIMPLE… Memoria, rescátame!
Aquellos ramitos que abraza el sol,
Esperan tranquilos  Tus manos Sembrador.
El día ha llegado, aclamen al Señor
Pueblos y ciudades  ha llegado  el Redentor.
Mantas en tus pies  han arrojado
Palmas, olivos y grito de furor.
Tumulto de  voces se escuchan  
En fríos corazones callados,
Parecen estatuas los hombres cegados.
No dejes Señor que mi vida sea un disfraz,
Renuevas mis fuerzas, lléname de paz
Alguien ha dicho, lo van a matar
Incrédulos aquellos que van a llorar.
Se inicia un camino,  la cruz hay que tomar
Sin miedo con prisa  su madero cargar.
En  este memorial,
Con tu Pasión nos vas a abrazar,
Con tu muerte nos vas a AMAR
Con tu Resurrección nos vas a renovar
La semana santa se aproxima ya.
No dejes que el  odio te haga olvidar
Que   Jesús  viene a por tu frágil humanidad
Eres su proyecto, lo quiere perfeccionar
Comenzando desde adentro
EL quiere edificar,
En las fibras íntimas de tu corazón, quiere habitar
En este vía Crucis te viene a renovar
No pierdas la única oportunidad
Con Cristo Resucitar!


HAS REDIMIDO AL MUNDO
NO TIEMBLES  HUMANO, ME DIJO ASÍ!
YO SOY  JESÚS Y ESTOY  AQUÍ
NO BUSQUES EN VANO, LO QUE TIENES EN TI
PON TU MANO EN MI COSTADO, DEJA DE SUFRIR,
MIENTRAS TIEMBLA EL MUNDO,
EL DOLOR SE HACE SENTIR.
EL VIENTO SE MUDA DE SU LARGO RUGIR
SE SIENTE TAN RARO. EL MUNDO ASÍ…
LAS TINIEBLAS AVANZAN, RAYOS DE LUZ  INTENTAN SALIR
HAZ TOMADO MI MANO. SIENTO TU PECHO LATIR
SEÑOR ESPERA,  AUN  NO QUIERO MORIR.
SOY MISERABLE, ME AFERRO ASÍ
EL MUNDO ME DISTRAE, ME ALEJA DE TI.
MIS PECADOS ME ATAN,
ME  ASFIXIAN, NO ME DEJAN  SENTIR
TU LO SABES, VEN A MI, LIBERA MIS CADENAS
PARA PODER EXISTIR
CADA  MINUTO DE MI VIDA
A TU LADO QUIERO SEGUIR
 SEÑOR DE LA HISTORIA, AUTOR DE MI SER
ALIMENTA  MI ALMA, CON  TU PAN  OTRA VEZ
TE PIDO, PARA  MI RESPIRAR 
QUE CALMES MI SED, EN TU  MANANTIAL.
ESCUCHA SEÑOR, ME ARRODILLO ANTE  TI,
EN TU SAGRARIO GUARDAS LO QUE VENGO A PEDIR
   LA MEDICINA  EFICAZ
QUE ESTA MISERABLE ALMA
TE VIENE A SUPLICAR, PARA PODER AMAR.
SEÑOR…HAS REDIMIDO EL MUNDO…
ME VIENES A PERDONAR
ABRAZANDO MI HUMANIDAD.


Amalia Ochoa, Villa Mercedes, San Luis, Argentina



Testimonios desde casa... "Todo es posible"



En esta cuarentena -que nos puso el mundo de cabeza, haciéndonos sentir a veces vulnerables- nos dimos cuenta de lo mucho que no valoramos las cosas como deberíamos, y nos hizo valorar aquello a lo que nunca le prestamos atención e incluso descartamos de la vida.
Hoy podemos reflexionar y darnos cuenta del valor que tiene la familia, la importancia de la amistad, el compartir alegrías, tristezas, enojos, risas. Todos juntos nos damos cuenta de que la música une, cura, limpia el alma. Además, reflexionamos sobre las decisiones que estábamos tomando, muchas veces impulsadas por el apuro de la cotidianidad... Entonces paramos, observamos y escuchamos. Por otro lado, analizamos que algunos de nosotros no somos personas cariñosas, ni damos abrazos porque sí, pero esta distancia social nos hizo pensar en eso y en que ahora que no podemos, quisiéramos dar más abrazos. Descubrimos la tranquilidad en lo cotidiano, el placer de hacer lo que nos gusta de una manera relajada.
Más allá de la cuarentena, hoy decidimos pensar en que la distancia es solo momentánea y por un bien común, pero que cuando hay fe, familia, amigos, música y sobretodo amor, todo es posible.


Participantes del Coro del Colegio Santa Rosa de Buenos Aires, Argentina


sábado, 4 de abril de 2020

Testimonios desde casa... "Santa María, Rosario, Argentina..."

                                                                                                                                                                                           Rosario, Argentina 04/04/2020

A escasas horas de entrar en la semana más destacada para los católicos, a momentos de aclamar a un rey que nos salva, quiero compartirles esta reflexión.
Estamos viviendo un tiempo complejo, distinto, incierto…  Algo que ni siquiera podemos dimensionar irrumpe en nuestro cotidiano y lo quiebra, nos quiebra. Un modo distinto de sobrevivir, recluidos, solitarios, temerosos, alertas. No estábamos preparados, ninguno.
La historia nos vuelve actores, protagonistas quizás de un presente que hacía mucho ya no recordábamos hubiera ocurrido. Somos vulnerables, esencialmente humanos.
Es este tiempo, el de ser testigos cada día de nuestra historia presente, el que nos convoca, nos congrega, nos alienta, nos reclama a involucrarnos. No podemos distraernos en la tribulación.
Estar atentos, sensibles, permeables, convencidos que podremos, juntos, en Comunidad dar respuesta a esta pandemia. Cada uno con sus dones, con su entrega, con sus modos de acompañar y estar cerca, con el enorme poder sanador de la presencia.
No estamos solos… descubramos quienes nos sostienen sin dejarse ver, renovemos la confianza, activemos los buenos deseos.
En este tiempo especial de la Semana Santa, dediquemos nuestras acciones y nuestras oraciones a transformar el miedo, el dolor, la soledad en nuevas herramientas para la nueva vida. Habrá un después, distinto, incierto, pero cargado de esperanza… así como aquel Domingo de Ramos, culminó en la Pascua.
Con corazón cabriniano, en clave de Comunidad, abrazos a cada uno.

Guillermo Mengarelli – Médico – “Santa María” – Cabrini – Rosario





jueves, 2 de abril de 2020

El "celo devorador" (4ta Parte)



Hna. María Barbagallo, Liberaos y alzad el vuelo
Codogno 2018




Capítulo 5:
El "celo devorador":
Todo a la Mayor Gloria del Corazón SS. de Jesús




La evangelización no es sólo el anuncio del amor de Dios, es la participación viva en este amor que impregna todas las acciones de la vida; aun cuando el anuncio explícito no pueda realizarse por tantos obstáculos que se pueden encontrar, el amor se propaga a través del testimonio, los gestos, la amistad, el servicio, la oración y, ciertamente, el sacrificio:

“Sí, mis queridas hijas, que Dios sea el principio, el medio, el fin de nuestras acciones diarias y, entonces, mientras damos, como verdaderas Misioneras del Divino Corazón, grande y continua gloria a Dios, conseguiremos en cada momento tesoros de gracia. Cuando trabajamos, o enseñamos, o comemos, o dormimos, o navegamos, que todo se haga en el nombre de Jesús y por su Divino Corazón. Recordadlo siempre, y enseñadlo a todos los que debáis instruir: la pureza de intención en las acciones constituye la vida y el valor de las mismas y es el modo de abrir una mina inagotable de incalculables bienes que encontraremos un día escritos en el libro de la vida.”[1]

El “dulce aroma de la virtud” es un medio de evangelización que de por sí bastaría para atraer el Corazón de Cristo a la gente alejada:

“Difundid, pues, hijas, el dulce aroma de la virtud y con su perfume embalsamad las ciudades cercanas, para salvar a todos como verdaderas Misioneras y, mientras tanto, atraeréis al Instituto una buena cantidad de jóvenes que, hechas hermanas vuestras, estarán dispuestas para estas misiones donde hay madura mucha mies y no hay obreros. Que al menos las segadoras del Evangelio, las Esposas de Cristo, Misioneras de su Divino Corazón, puedan acudir aquí a salvar tantas almas dotadas de gran fe, pero privadas de doctrina.
Sí, hijas, sólo vuestro buen ejemplo, vuestra vida de abnegación y de virtud podrá atraer a un gran número.”[2]

De hecho, la mayor gloria de Dios se realiza en personas que dedican toda su vida a su amor misericordioso, cuando éste entra en los criterios del Reino:

“En mis acciones, palabras y sufrimientos, buscaré siempre la mayor gloria de Dios. La misma perfección a la que por obligación debo incesantemente aspirar, procuraré con toda prontitud que esté siempre animada por el único y nobilísimo fin de la gloria de Dios.”[3]

Sigue diciendo en sus Propósitos:

“Yo soy ceniza y polvo, yo soy tierra y sólo tierra, bendecida por mi Dios, en Él, con Él y por Él, puedo ser el campo místico de su gloria.”[4]



[1] Cfr. Entre una y otra ola, pág. 373-374
[2] Cfr. Epistolario, Vol 2°, Lett. n. 474
[3] Cfr. Pensamientos y Propósitos, pág. 197
[4] Cfr. Pensamientos y Propósitos, pág. 197

El capítulo completo lo encuentran en la carpeta "Material" o haciendo clic aquí.



miércoles, 1 de abril de 2020

Testimonios desde casa... "Un juego de roles"



De los episodios inesperados, disruptivos y asombrosos de nuestras vidas, siempre podemos ver los aprendizajes que nos dejan. Cuando tuvimos que "mudar" la escuela a casa y junto a los docentes organizar nuevos modos de mantener "vínculos pedagógicos de calidad", para muchos, para algunos, fue todo un desafío.

Y así como inesperado fue el escenario, inesperado fue el "colega". Aquel al que debíamos enviarle la tarea, "la propuesta pedagógica", se convirtió en el "colega menos pensado", el que nos ayudó a aprender con nuestra nueva aula virtual. Un juego de roles. Aprender a aprender. Una realidad posible donde cada uno, docente y alumno, conservando su esencia, se entrelazaron en la trama de la vida, en un intercambio de roles para comprobar, quizás, que siempre, en cualquier circunstancia, la esperanza es posible, porque todos podemos aprender algo nuevo. Porque, es juntos, como siempre salimos adelante. 

Babela Banchio
Directora Nivel Medio - Rosario