Rosario, Argentina 04/04/2020
A escasas horas de entrar en la
semana más destacada para los católicos, a momentos de aclamar a un rey que nos
salva, quiero compartirles esta reflexión.
Estamos viviendo un tiempo
complejo, distinto, incierto… Algo que
ni siquiera podemos dimensionar irrumpe en nuestro cotidiano y lo quiebra, nos
quiebra. Un modo distinto de sobrevivir, recluidos, solitarios, temerosos,
alertas. No estábamos preparados, ninguno.
La historia nos vuelve actores,
protagonistas quizás de un presente que hacía mucho ya no recordábamos hubiera
ocurrido. Somos vulnerables, esencialmente humanos.
Es este tiempo, el de ser
testigos cada día de nuestra historia presente, el que nos convoca, nos congrega,
nos alienta, nos reclama a involucrarnos. No podemos distraernos en la
tribulación.
Estar atentos, sensibles,
permeables, convencidos que podremos, juntos, en Comunidad dar respuesta a esta
pandemia. Cada uno con sus dones, con su entrega, con sus modos de acompañar y
estar cerca, con el enorme poder sanador de la presencia.
No estamos solos… descubramos
quienes nos sostienen sin dejarse ver, renovemos la confianza, activemos los
buenos deseos.
En este tiempo especial de la Semana
Santa, dediquemos nuestras acciones y nuestras oraciones a transformar el
miedo, el dolor, la soledad en nuevas herramientas para la nueva vida. Habrá un
después, distinto, incierto, pero cargado de esperanza… así como aquel Domingo
de Ramos, culminó en la Pascua.
Con corazón cabriniano, en clave
de Comunidad, abrazos a cada uno.
Guillermo Mengarelli – Médico – “Santa María”
– Cabrini – Rosario
No hay comentarios:
Publicar un comentario