Perspectivas
Aunque
divididos por la distancia, viajamos juntos como peregrinos por un camino con
sus temporadas de soledad y de participación. Jesús permanece cerca de
nosotros, hablando a nuestros corazones, invitándonos a sopesar el significado
de todo lo que estamos experimentando, solos y juntos. Por lo tanto, mediante
la lente de la tradición Cabriniana y el testimonio de la historia del
Evangelio, continuamos reflexionando sobre los signos de nuestro tiempo. Aunque
mucho permanece envuelto en misterio, estamos bendecidos con momentos de
perspicacia y claridad. Así que, a medida que avanzamos, hagámoslo con renovada
esperanza y confianza, tanto en Dios como en los demás. Porque al profundizar
en nuestra conversación descubriremos nuevos énfasis, nuevas percepciones y
nuevos desafíos para que los participantes en el Capítulo General los exploren
durante estos días de gracia.
Mark Davis
“Jesús...
no tiene su morada fuera de nosotros, sino dentro de nosotros: su trono de amor
está dentro de cada uno de nuestros corazones”.
Sta.
Francisca Cabrini
Salmo Inicial
En Dios
solamente espera en silencio mi alma;
de Él
viene mi salvación.
Sólo Él es
mi roca y mi salvación,
mi
baluarte, nunca seré sacudido.
En Dios
solamente espera en silencio mi alma;
pues de Él
viene mi esperanza.
Sólo Él es
mi roca y mi salvación,
mi
baluarte, nunca seré sacudido.
En el
silencio descansa mi libertad y mi guía;
porque Tú
eres el Corazón de mi corazón,
Tú me
hablas en el silencio.
(Salmo 62)
Escritura
Entonces
Jesús les dijo: ¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que los
profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera todas estas cosas
y entrara en su gloria?
Y
comenzando por Moisés y continuando con todos los profetas, les explicó lo
referente a Él en todas las Escrituras.
Se acercaron a la aldea adonde iban, y Él hizo como que iba más lejos. Y ellos le instaron, diciendo: Quédate con nosotros, porque está atardeciendo, y el día ya ha declinado. Y entró a quedarse con ellos.
Y sucedió que al sentarse a la mesa con ellos, tomó pan, y lo bendijo; y partiéndolo, les dio. Entonces les fueron abiertos los ojos y le reconocieron; pero Él desapareció de la presencia de ellos.
Lucas
24:25-31
Lecturas
Abrirse a
las ideas, incluso a aquellas con las que no estamos de acuerdo, es lo que debe
hacer el buen viajero. Bienaventurados quienes entienden las palabras: “Si no
estás de acuerdo conmigo, entonces tienes algo que darme.”
Es posible viajar solos. Pero el buen viajero sabe que el viaje es vida humana y que en la vida se necesita compañía. “Compañero” significa “el que come el mismo pan”. Bienaventurados los que siempre se sienten en el camino y todas las personas que encuentran son sus compañeros elegidos.
El buen viajero cuida de sus compañeros de viaje cansados. Comprende cuando se desaniman. Los acepta como son y los escucha con inteligencia, con gentileza, pero, sobre todo, con amor. Los animan a seguir adelante y a recuperar su alegría en el viaje.
Dom Helder
Camara
Los dones
del Espíritu siempre encierran en sí una fuerza innovadora que no envejece con
el pasar del tiempo y ofrecen a cuantos se abren a la gracia, la capacidad de
leer e interpretar lo nuevo que continuamente nace en nosotros y a nuestro
alrededor. Esta capacidad de intuición en la lectura de los signos de los
tiempos, tan presente en Madre Cabrini, forma parte de la herencia que ha
dejado a su Instituto. En el contexto actual, asume una importancia notable
dada la rapidez de los cambios que se producen en la sociedad de hoy.
Madre Lina
Colombini MSC
En nuestra
espera
En
nuestras oraciones
En nuestro
ser…
Que demos
a conocer tu amor
Con
nuestras acciones
Con
nuestras palabras
Con
nuestras elecciones…
Que demos
a conocer tu amor
En
nuestras lágrimas
En nuestra
risa
En nuestro
silencio…
Que demos
a conocer tu amor
Con
nuestro compartir
Con
nuestra escucha
Con
nuestro refugio…
Que demos
a conocer tu amor
En una
crisis, hay un espacio bien abierto para la contribución. No hay tiempo para
preocuparse o dudar, hay pocas o ninguna regla. La gente tiene un profundo
deseo de ayudar, así que hace milagros. Descubrimos capacidades que no sabíamos
que teníamos. El caos y la urgencia de un desastre anima a la gente a intentar
cualquier cosa, más allá de cualquier plan o entrenamiento. Como dijo una
persona: “No hay riesgo, porque ya es un desastre. Sólo sigues haciendo lo que
puedas para ayudar. Si una cosa no funciona, intentas otra cosa”.
Cuando trabajamos por el bien común, nos experimentamos unos a otros de nuevas maneras. No nos preocupamos por las diferencias, o el estatus, o las relaciones de poder tradicionales. Nos preocupamos por si tendremos éxito en lograr lo que se necesita hacer. Nos centramos en el trabajo, no en el otro. Aprendemos lo que es la confianza. Aprendemos la necesidad de una buena comunicación. El trabajo que sirve al bien común no nos quita la energía. En su lugar, la energía se derrama en nuestros cuerpos a nuestros corazones abiertos y espíritus generosos.
¿Y si usamos nuestras experiencias de trabajo por el bien común como el estándar? Dejaríamos de tolerar el trabajo y las vidas que gradualmente disuelven nuestra creencia en el otro. Podríamos empezar a insistir en las condiciones que sacan lo mejor de nosotros... si aumentáramos nuestras expectativas, entonces no haría falta una crisis para que experimentemos la satisfacción de trabajar juntos, disfrutar de hacer un trabajo que sirva a otros seres humanos.
Margaret Wheatley, “Turning To One Another”
Dios de
unidad,
muéstranos
lo que tenemos en común,
cuando no
podamos verlo por nosotros mismos.
Dios de
nuestro compartir,
ofrécenos
lo que nos acerque
aun cuando
pensemos que ya estamos lo suficientemente cerca.
Dios de
nuestra comunión,
muéstranos
lo que significa la verdadera comunión
con quien
actúa de manera diferente de nosotros.
Dios de
nuestras relaciones
muéstranos
cómo fortalecer nuestros lazos
especialmente
cuando amenazan con romperse.
Dios de
nuestra comprensión,
revélanos
más del misterio
que nos
lleva más allá de nuestro limitado conocimiento.
Dios de
nuestra reticencia,
muéstranos
más de lo que es posible
a tu
manera y en tu amor.
Oración Final
Deja que
la luz me envuelva
para que
mi ojo interior
pueda ver
claramente el camino que nos espera.
Deja que
mi mente pueda abrirse
para poder
reconocer las señales a lo largo del camino.
Concédeme
la sabiduría
que nace
del reconocer lo verdadero de lo falso.
Y guía mis
pasos,
pues si
flaqueo o tropiezo,
trastabillando
por antiguas creencias que aún me atan,
pueda
seguir adelante con coraje,
y con la
determinación que la persistencia proporciona.
Déjame ser
acogido en el Amor
con el que
toda la creación se mueve.
Amén.
Ruth
Burgess
Padre Celestial,
te
agradecemos todas las gracias y bendiciones
de
nuestro camino compartido
como
seguidores de Jesús en el carisma Cabriniano.
Que
tu presencia permanente renueve nuestras
mentes
y nuestros corazones,
en
el camino hacia nuestro XVI Capítulo General.
Sagrado Corazón de
Jesús,
libera
en nosotros la pasión y el deseo
por
ti que llenó el corazón de Santa Francisca Cabrini
al
llevar tu amor liberador a los pueblos de todo el mundo.
Libéranos
de todo lo que nos impediría entrar
plena
y generosamente en este tiempo favorable
de
discernimiento y renovación.
Espíritu Santo,
respira
en nosotros una vez más
para
que a través de nuestra escucha,
conversación
y toma de decisiones
podamos
abrazar el futuro con valor, libertad y fe.
Da
alas a los deseos de nuestro corazón
para
que, cada vez más cerca del Corazón de Cristo,
podamos
entrar con alegría y abandono
en
los horizontes de Dios.
Amén.