lunes, 30 de octubre de 2017

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 68


MI RETIRO EN EL ÚLTIMO DÍA DEL AÑO 1893

Todo a la mayor gloria de Dios y del Corazón Sacratísimo de Jesús.

Bajo la protección de mi Inmaculada Madre de las Gracias.

Vos, oh Madre mía dulcísima, sois ese germen amado y deseado de Jesé en el que yo me apoyo con profunda humildad, confiando en que accederéis a mi ruego de dejarme tomar la hermosa flor, Jesús amado, para que de ahora en adelante lo mantenga conmigo, evitando estropear siquiera una hoja de esta querida flor cometiendo infidelidades. Oh Jesús mío, por tu Madre Santísima perdóname todas mis infidelidades, todas mis ingratitudes, todos mis delitos; dame una indulgencia plenaria de todo en este último día del año y haz que comience el nuevo santamente, en perfecta unión contigo, oh dulce, oh amable, oh amado Esposo mío, que tanto has hecho por poseerme desde la eternidad. Me abandono plenamente en vuestro querer, oh Jesús; haz de mí lo que quieras, que con tu gracia no me quejaré nunca, y en las adversidades, en las molestias, en las noticias que puedan desagradarme, procuraré tener en perfecta calma mi espíritu, sereno el semblante, dulces las palabras y la mente fija en Vos, oh amado Bien mío, que de todo sabéis el por qué. Ayudadme a ser fiel, mientras yo sólo lo espero de vuestra gracia y de la ayuda poderosa de mi dulce Madre.
No hablaré nunca de mí y poco de cuanto me rodea, como quien no tiene tiempo de hacerlo, debiendo recordar los intereses de Jesús en el Instituto bendecido por su divino Corazón.
Al que me hable de cosas no conformes con mi estado procuraré desviarle la conversación e introducir otra útil o santa, superando siempre el respeto humano, y esto en honor de la virtud angélica y para ignorar muchas cosas por amor y en obsequio de la purísima belleza de Jesús. Dejaré no sólo el mal, sino lo imperfecto y menos bueno, escogiendo siempre hacer lo mejor según la luz que el buen Dios me conceda. Trataré de tener una gran pureza de intención en todas mis obras y palabras.

Oh buen Jesús, ven a mi encuentro desde el amanecer con tu gracia inapreciable y mueve mi voluntad a servirte fielmente.



lunes, 23 de octubre de 2017

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 67


MI RETIRO ESPIRITUAL EN GÉNOVA

El 9 de noviembre de 1893 (Parte 2 de 2)

En la penosa aflicción de estos días Tú, oh Jesús, me has prohibido terminantemente afligirme, y tu prohibición ha sino bálsamo para mi pobre corazón porque te has dignado añadir que Tú sabes por qué permites esto y el bien que puedes derivar en beneficio del Instituto, para que pueda corresponder a tus designios. Tu voz es potente, Jesús mío, y el seguirla produce tal paz, tal suavidad, tal gozo, que el alma queda toda inundada. Oh sagrado océano de santo Amor…, yo me sumerjo toda en Ti. Oh mar de inmenso gozo, quía como quieras, cual piloto soberano, mi barquilla y transpórtame adonde quieras, para que pueda servir y consolar de algún modo a tu divino Corazón; de lo demás no me preocuparé, ni temeré nada siendo Tú el que me mueve.
1.       Para recibir bien la impronta de Jesús y conformarnos a Él en la meditación de su vida santísima, es preciso preparar antes nuestra alma, como hace el fotógrafo, que reproduce con mayor perfección la figura de la persona que está delante si ha preparado bien en el papel los ingredientes necesarios al efecto. Todas las potencias deben ocuparse en la meditación, pero es preciso que estén bien preparadas. Fe viva, humildad profunda, amor ferviente de santos afectos.

2.       En el camino de la perfección hay que andar con gran humildad y sencillez, sin preocuparse demasiado de ver si avanzamos, y abandonándonos ciegamente, con fe y confianza, a los cuidados del Corazón adorable de Jesús, sin retroceder nunca. La hija no puede perecer en los brazos del Omnipotente.




miércoles, 18 de octubre de 2017

lunes, 16 de octubre de 2017

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 66


MI RETIRO ESPIRITUAL EN GÉNOVA

El 9 de noviembre de 1893 (Parte 1 de 2)

Bajo la protección de la Virgen del SS. Rosario, Patrona de esta nueva fundación.
Mi Señora y Madre mía, guiadme Vos, iluminadme Vos, trabajad Vos en mí para que pueda formarme en esa verdadera virtud de perfección que consuele al Corazón adorable de Jesús, mi amado Esposo.
Fruto especial de este retiro será, como Jesús me ha inspirado fuertemente al corazón, un total abandono, un perfecto despojo de mí misma que me haga idónea para recibir los efectos de la gracia de Dios.
En los importantes asuntos que llevo entre manos para esta fundación no me inquietaré por los problemas y por las contradicciones que pueda encontrar. Me mostraré siempre con semblante sereno y alegre, segura de que no ocurrirá ni más ni menos de lo que Dios quiera y a Dios plazca.

Jesús me ha dicho claramente en estos días: tú piensa en Mí, que Yo pensaré en tus cosas. Oh Jesús mío, qué bueno, amable y adorable eres. Mayor es el cuidado que Tú te tomas de mí y de mis cosas de lo que yo sabría tener. Oh, me abandono ciegamente a todas tus disposiciones y de ahora en adelante sólo diré con dulce alegría y con toda la fuerza de mi alma: Fiat voluntas tua. Adveniat regnum tuum.





domingo, 15 de octubre de 2017

Efemérides Cabrinianas: 15 de octubre de 1874


15 de octubre de 1874

"Vestición de Madre Cabrini"



Madre Cabrini hace la Vestición (inicio del noviciado) en la “Casa de la Providencia”, junto a cinco jóvenes.

Cambia el nombre por “Hna. Javier Angélica del Niño Jesús” (en esa época era costumbre el cambio de nombre).

El mismo día, es nombrada “Maestra de Novicias” por el P. Piero Giulini, delegado del Obispo Diocesano (es decir que es Novicia y Maestra de novicias al mismo tiempo).



Dice Segundo Galilea en el libro "El poder y la fragilidad"...




"Francisca vivió seis años en la Casa de la Providencia de Codogno. Guardó siempre, de palabra y por escrito, un gran silencio en torno a ese período crucial de su vida. No será difícil descubrir la causa de esta tenaz reserva.
El camino cristiano está marcado por Dios que nos llama a una misión, a una tarea, a una vocación, y por Dios que está constantemente purificando la misión y la vocación que él mismo nos ha dado por gracia. Dios quiere que nos demos enteramente a él, y no simplemente a nuestra realización personal y a la consecución de proyectos. La vocación cristiana-tanto como la vocación a la vida religiosa- no consiste en conquistar a Dios, sino en dejarnos conquistar por él y en dejarnos conducir por su amor.
Para ello, nuestras búsquedas demasiado personales, el protagonismo que constantemente queremos asumir en la conducción de nuestras vidas y del bien que hacemos, deben ser purificados. Deben pasar por el crisol del fracaso, de la frustración, de la contradicción y de la cruz, para ser recuperados de una manera  nueva, transparente, donde dominen la fe abandonada y el amor a Dios y al prójimo...

En la Casa de la Providencia, Francisca fue bien recibida. Además de las señoritas Tondini y Calza, había cinco muchachas que deseaban hacerse religiosas, con más de veinte niñas huérfanas...
La situación de Francisca fue desde el principio incómoda y ambigua. Se suponía que Tondini y Calza eran monjas (o algo así), pero carecían de vocación. Lo que era peor, se suponía que eran las superioras de Francisca y de las cinco jóvenes, las que comenzarían pronto su noviciado. ¿En qué clase de comunidad religiosa había sido metida Francisca? Ella, que se hacía una idea tan alta, tan sublime de la consagración a Dios… ¡Por cuánta perplejidad y dolor tuvo que haber pasado!
Pero los acontecimientos tenían que seguir su curso, y llegó el día en que Francisca y las otras cinco recibieron el hábito e iniciaron su noviciado. Eso sí, el delegado episcopal, padre Giulini, consciente de la situación, procuró salvarla lo mejor posible: nombró a la misma Francisca maestra de novicias de la peculiar comunidad.
Esta, en el momento de recibir el hábito y de adoptar su nombre de religión, había conservado el propio y agregado el de Javier, como recuerdo y devoción al gran misionero y patrono de las misiones. El hecho está cargado  de sugerencias. Nos revela que la vocación misionera de Francisca continuaba intacta, si no acrecentada. Nos revela que en su experiencia espiritual, vocación religiosa y vocación misionera iban unidas. Nos revela que su deseo infantil de ir a China continuaba vivo como mujer adulta. (San Francisco Javier había muerto a las puertas de China, su gran frustrado objetivo misionero.) Y explica las muchas semejanzas que se advierten en la vida de ambos.
El período del noviciado, siendo ella misma maestra de novicias, ha sido sin duda una de las pruebas más difíciles en la vida de la hermana Francisca Javier. No es que más adelante le faltaran continuas y duras pruebas, pero serían pruebas que afectarían su apostolado y sus proyectos misioneros. La prueba de Codogno, en cambio, afectaba a la realización del deseo fundante de su vida: su vocación religiosa. En efecto, la ahora hermana Cabrini, que había hecho de su ardiente ansia de consagrarse a Jesús un puro amor; que había visto frustrar su vocación en dos ocasiones al no poder ingresar en las congregaciones de su elección, se encontraba ahora como novicia en una comunidad que las circunstancias-y no ella-le habían asignado. Una comunidad cuyas superioras carecían de vocación y no tenían interés en noviciados. Una comunidad que carecía de tradición, de carisma y de futuro. Francisca Javier, que ardía en deseos de santidad y de hacerse misionera, y que no concebía la vida religiosa sino como vida santa, se encontraba encajonada en una situación de tal ambigüedad, que podía ser más frustrante que los dos fracasos anteriores.
Como siempre acostumbrada en situaciones análogas, la hermana Cabrini fue extremadamente reservada con respecto a sus sentimientos durante la época de la Casa de la Providencia. Pero aquí su silencio, que cubre un período de más de seis años, revela más que las palabras su patético calvario. Aunque nunca dijo nada, era un secreto a voces en Codogno la hostilidad y oposición de las señoritas Tondini y Calza hacia la flamante maestra de novicias. Francisca Javier era vigilada, menospreciada y regañada continuamente, víctima de murmuraciones. Las mismas novicias sufrían por esto, y su maestra hacía milagros para mantener su ánimo y su fervor. “Tengan paciencia-les decía- vendrá el día en que iremos a las misiones. Este es el premio, lo que nos da ánimo; el motivo para prepararnos a la vida religiosa con una virtud fuerte, viril, con un gran espíritu de sacrificio”.
En una carta que escribió al padre Dedé, desliza una de sus pocas confidencias (aunque solo implícitamente) sobre su estado de espíritu: “Dios mío, si supiera al menos sacar mérito de tanta desventura… Sin embargo, me conforta el pensamiento de que usted, a diferencia de los inhumanos y casi querría decir crueles, alienta un Corazón digno de un verdadero buen pastor”.
Venidas de ella, estas palabras son patéticas. Nunca sabremos bien de la cruz que sor Francisca Javier Cabrini cargó durante los primeros años de su-hasta ese momento extraña-vida religiosa. Es seguro que al cargarla en unión con el Corazón de su Jesús, arraigó en ella para siempre el secreto de la santidad.
En medio de todo, la hermana Cabrini y sus cinco discípulas terminaron sus tres años de noviciado. En 1877, a los veintisiete años, Francisca Javier hizo su profesión religiosa..."







miércoles, 11 de octubre de 2017

La monja de la maleta...


Compartimos el video: "La monja de la maleta", una reseña de Madre Cabrini...

Madre del inmigrante
Sierva del pobre
Consoladora del enfermo
Protectora del huérfano
Maestra de los pequeños
Amiga del trabajador
Hija de Italia
Ciudadana de los Estados Unidos
Mensajera de paz
Seguidora del Sagrado Corazón...


 [Para ver el video, hacé clic aquí]


El video está integrado en el Anexo 1 del Camino de Formación: "Centenario"


lunes, 9 de octubre de 2017

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 65




AGOSTO 1893

MI RETIRO EN LOS SANTOS EJERCICIOS

Comenzados el día de la Asunción de mi tierna Madre María Santísima.

Año 1893 (Parte 4 de 4)

Mi reforma

No hablaré nunca de mí misma ni en bien ni en mal, como indigna de ser objeto del que se deben ocupar. Cuando oiga que me alaban, procuraré discretamente desviar la conversación. Cuando oiga que murmuran de mí, pondré cara alegre y excusaré a los acusadores. Ocultaré todo lo posible el espíritu que pueda poseer, por amor al ocultamiento tan caro a Jesús y útil al alma amante. No daré importancia a ninguna tribulación o sufrimiento, y al recibir malas noticias mantendré la alegría como ante el más grato anuncio, considerando que es mi Jesús el que me las envía para fines santísimos que yo no puedo comprender con mi propia inteligencia.


lunes, 2 de octubre de 2017

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 64



AGOSTO 1893

MI RETIRO EN LOS SANTOS EJERCICIOS

Comenzados el día de la Asunción de mi tierna Madre María Santísima.

Año 1893 (Parte 3 de 4)

Qué bueno es mi Jesús al hacerme beber del mismo cáliz que Él bebió. Oh si pudiera rebosar felicidad y supiera arrastrar a todos a sufrir gozosos con Cristo y por su amor. Desciende, oh Espíritu de luz, para hacerme conocer y gozar la felicidad del que padece en Dios y por Dios.
Sin un esfuerzo especial sobre la santa indiferencia no podré llegar a esa perfección que Dios exige de mí. La santa indiferencia debo tenerla en todo, y especialmente cuando se trata de elegir entre una cosa y otra, para no dejarme llevar nunca de mi inclinación, sino sólo de la voluntad de Dios y de su gloria, que estoy obligada a procurarle en todo tiempo y de todos los modos.
Debo tomar con indiferencia, como venido de la mano de Dios, todo lo que Él permite, no sólo sin quejarme, sino con serenidad y alegría, bastándome saber que Él lo ha querido así, diciendo en cada acontecimiento: Dios sea bendito, y bendito sea su santo querer. Sobre este punto trataré de ser fiel a mi promesa formal.