jueves, 30 de agosto de 2018

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 106


El hermoso día de San Miguel de 1902 (Primera parte)

MI RETIRO ESPIRITUAL EN CODOGNO

Tras un largo mes de viaje, qué consuelo para mí encontrar pronto un curso de Ejercicios, en los cuales puedo reflejar mi alma y confrontarla con el Corazón dulcísimo de mi Jesús, para comprender bien si todos mis sentimientos son conformes a los suyos y de su único agrado. María Santísima, mi solícita Madre; San José, como mi Maestro, y San Miguel, Ángel especial del Instituto, son mis guías particulares, de los que pueda extraer provecho a la mayor Gloria del Corazón sacratísimo de Jesús y para santificación de mi alma.
Corazón adorable de mi dulce Jesús, mandad la luz de vuestro Espíritu Santo a mi intelecto, a fin de que siempre pueda conoceros mejor a Vos y conocerme.
Ligad a Vos de un modo muy especial mi espíritu y moved mi voluntad a todos esos propósitos, con los cuales pueda consolar vuestro Divino Corazón y guardarlo de la nueva Pasión que en estos tremendos días le hacen sufrir tantos desagradecidos e ingratos pecadores.
¡Oh mi dulce Jesús!, yo soy la víctima de tu Divino Corazón; haz de mi lo que quieras, pero que sea reparado tu Divino Corazón y tantos pobres salvados. Si Tú pones el dedo omnipotente de tu Mano todo será hecho.

Dispón, oh Jesús, como quieras de mí y de todo lo que de cualquier manera me pueda pertenecer. Yo me abandono en tus Manos, en tu Divino Corazón, con la mayor indiferencia que me sea posible, mediante tu gracia.

jueves, 23 de agosto de 2018

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 105


MI RETIRO EN MI CUMPLEAÑOS
Julio 1901 (Segunda parte)
El Instituto también lo confío a Vos, es vuestro, pues Vos lo fundasteis sirviéndoos del mísero instrumento de esta pobre sierva vuestra. Vos, pues, que sois la Fundadora, sed también la Madre. ¡Custodiad esta vuestra herencia!
Nosotras somos vuestras hijas. ¡Oh Madre tierna!, aconsejadnos Vos, guiadnos Vos por el camino recto, para que cumplamos siempre la bella y celestial misión que hemos recibido en la tierra, es decir, amar con todo el corazón, con todas las fuerzas, a nuestro amantísimo Esposo Divino.
Guiadnos Voz, ¡oh Madre dilecta!, y haced que todo lo que nosotros hagamos vaya siempre dirigido al amor de Jesús, que el fin único y último sea siempre el amor de Jesús y la gloria de su Divino Corazón.
¡Ah, haced, oh Madre mía!, que, a semejanza vuestra, amemos tanto a Jesús que nuestros corazones formen como un coro armonioso que con prontitud compone y ejecuta las más bellas melodías celestiales, mediante la fidelidad de la observancia y el cumplimiento de todos los sacrificios que Dios se digne exigirnos.
¡Ah, haced, oh Madre mía!, que en este Instituto, que es vuestro, se pueda con verdad y con las obras repetir por cada Religiosa: “Yo amo a Jesús”, y que, en efecto, se ame a Jesús haciéndole continuo ofrecimiento del propio corazón, con todos sus afectos, y latidos, y ternezas; que Jesús sea todo para nosotras en la tierra y en el cielo; El solo el objeto de nuestra mente, de nuestra alma, de nuestra esperanza, de nuestra alegría.

Haced, ¡oh Madre dilecta! que el caro Jesús nos llene las potencias del alma, los sentidos del cuerpo, las fibras del corazón; nos posea, en suma, interna y externamente.

jueves, 16 de agosto de 2018

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 104



MI RETIRO EN MI CUMPLEAÑOS

Julio 1901 (Primera parte)
Bajo la protección de la Virgen del Carmen y de los Ángeles destinados a mi custodia, además de mi caro Maestro de vida interior San José y de mis dos Franciscos.
¡Oh María, mi dulcísima Madre!, vos sois el libro misterioso de mi predestinación, al comenzar un nuevo año de existencia, vengo a vuestros pies, me pongo en torno a Vos para conseguir todas las gracias necesarias y para servir mejor a mi Dilecto Jesús.
Vos sois bella y amable, ¡oh Madre mía dulcísima! … Os amo.
Vos sois sublime y gloriosa… Os alabo.
Vos sois benigna y misericordiosa… Os suplico con ilimitada confianza.
Vos sois mi querida Madre, mi dulce Maestra, mi precioso Modelo… Os obedeceré, os imitaré.
¡Oh María, mi dulce Madre!, yo espero grandes cosas de vuestro materno, amorosísimo Corazón; a Vos me consagro y en Vos plenamente confío, en Vos que me previnisteis con las gracias vuestras, me excitasteis a ser toda de Jesús desde los primeros albores de mi vida. ¡Oh, qué agradecida os estoy!... Yo quiero caminar siempre cubierta por vuestro manto, siempre bajo vuestros ojos, bajo vuestra valiosísima protección.




jueves, 9 de agosto de 2018

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 103


MI RETIRO ESPIRITUAL EN ARGENTINA
Marzo 1901 (Segunda parte)

Haz, ¡oh Jesús!, que yo corra tras inmensos mares, que desaparecen ante el profundo, admirable misterio de tu amor. ¡Oh Jesús, qué grande y admirable eres en tus obras de amor! Ya no son nada los esplendores del cielo ni las riquezas de la tierra. ¡Oh Jesús, oh Jesús!, ¿cómo eres Tú?...
Tú, ¡oh Jesús!, por los méritos de tu preciosísima Sangre, me has introducido, tras haberme creado, en tu Iglesia, y añadiendo gracia a la gracia, me has puesto en tu casa, como en un santuario, como en un ameno jardín, donde corren las aguas que suben hasta la vida eterna. ¡Oh inmensa y asombrosa bondad!... ¿Con qué moneda, ¡oh mi Jesús!, satisfaceré las inmensas deudas contraídas con tu eterno Amor?
¡Amor… con amor se paga!... Haré, diré, sufriré todo por amor y con verdadero espíritu de amor. No viviré más en mí, sino siempre oculta en Dios. Destruye, oh Jesús, todos mis defectos con el fuego ardiente del amor tuyo. Haz, ¡oh Jesús!, que en la muerte no tenga la tristeza y gran pena de haberte amado demasiado poco.
In odorem unguentorum tuorum, currimus.
Pax vobis – Manete in dielectione mea.
En mis acciones, palabras y padecimientos buscaré siempre la mayor gloria de Dios. La misma perfección a la que por obligación debo incesantemente aspirar procuraré con toda diligencia que esté siempre animada por el único y nobilísimo fin de la gloria de Dios.
Soy una pobre y miserable pecadora, pero si por la bondad de Dios divisase algún bien en mí, referiré todo a Dios, autor de todo don. Soy cenizas y polvo, soy tierra y sólo, bendecida por mi Dios en Él, con Él y por Él, puedo ser el campo místico de su gloria. Me conduce Él a su celda, me embriaga y me transforma, porque Él es mi Dilecto y ha tenido compasión de mi miseria. ¡Oh, mi Jesús!, dilata mi corazón, porque no es tal como yo querría por Ti.


Misericordias Domini in aeternum cantabo.


jueves, 2 de agosto de 2018

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 102


MI RETIRO ESPIRITUAL EN ARGENTINA
Marzo 1901 (Primera parte)

Mi especial y segura Patrona: La Virgen de Luján. San José… El Maestro.

Los Custodios: El Ángel mío y el especial del Instituto.

La guía será el silencio.
¡Oh, mi Dilecto! Tú que me has sostenido en mi peregrinación por esta Misión de tu Divino Corazón, y tanto me favoreces dándome la gracia tan señalada de darme de comulgar todos los días del viaje, muéstrame ahora también tu dilección acompañándome y sosteniéndome en este Santo retiro. Si Tú hablas, ¡oh Jesús Dilecto!, el alma mía no resistirá, porque Tú le has dado por tu misericordia la docilidad. Habla, ¡oh Señor!, que tu sierva te escucha y seguir quiere todos tus signos.
Tu voluntad, ¡oh Jesús adorado!, es mi paraíso; todos los tesoros de tu Divino Corazón. ¿Qué más puedo desear? En tu compañía, ¡oh Jesús caro!, no se turbará más mi corazón, no se asustará tampoco cuando esté cercado todo en torno suyo por formidables enemigos, dispuestos con su ciego furor a atormentarme y crucificarme.
Las horas humeantes y negras de la furiosa tormenta no servirán con la gracia más que a hacerme admirar tu Omnipotencia, tu Poder.

Tú me has dicho, ¡oh Jesús!, que ni un cabello se me caerá sin tu permiso y eso me basta. Conozco tu Divino Corazón; el amor tuyo, tierno y constante, lo he entrevisto: ¿qué temeré?