EL SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS
1899 (Primera parte)
Ponte, Jesús amantísimo, como sello amoroso en el corazón de tu esposa
y en su brazo para que nunca se apoye en otros, sino en Ti. Todos sus
pensamientos sean dirigidos a Ti; todas sus obras, palabras, padecimientos,
deleites, placeres, todo, todo sea por Ti, Amado mío, Jesús amantísimo.
Qué reconfortante, dulce, paradisíaco, es tu dulcísimo Nombre, oh Jesús,
para el alma que te ama y sólo en Ti se recrea. Aunque las tinieblas cubran la
tierra, aunque la oscuridad envuelva a los pueblos, aunque todos los males me
amenacen, las tribulaciones y las cruces, mientras tu Nombre Santísimo. Jesús,
esté esculpido en mi pecho, oh, no, yo no temeré, porque los esplendores que El
irradia me volverán más segura. Oh luz eterna, oh luz divina, difunde tus
rayos, disipa las tinieblas del error; salva, ay, salva a todos los pecadores,
que son almas por Ti redimidas con tu preciosísima sangre.
Tu nombre dulcísimo quiere decir Salvador; salva, pues, a todos. Yo te
los recomiendo, te los demando por tu Nombre dulcísimo. ln nomine tuo salvam me fac. Sí, salva a tu esposa, pero salva con
ella a toda la herencia, a los empobrecidos por el pecado, que si el pecado los
ha deformado y la malicia del enemigo los ha alejado de Ti, el poder de tu
Nombre Santísimo los puede salvar. Al oír tu Nombre tiemblan los demonios del
infierno, todos, todos los poderes se conmueven. Oh Jesús, Jesús..., Jesús...,
oh dulce Nombre de Jesús, cuánto me embriaga la suave ambrosía que fluye en los
labios al pronunciarte. Jesús... Jesús… Te amo. Te amo mucho, pero no estoy
contenta y te quiero amar aún más: dilata, por favor, dilata mi corazón y hazlo
capaz de tu inmenso amor.
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