El hermoso día de la Inmaculada de
1903
MI RETIRO ESPIRITUAL EN SEATTLE,
WASH (Sexta parte)
El
Espíritu Santo es como se titula, Espíritu de Santidad, pero Él no os
santificará si no le hacéis tantos sacrificios como afectos extraños hay en
vuestro corazón, o por los demás o por vosotras mismas.
Sabemos
imitar muchas veces a los Apóstoles en la infidelidad, en la pusilanimidad, en
las fugas; mediante la gracia del Espíritu Santo debemos imitarles ahora en la
oración constante, con recogimiento, con celo y con ánimo, prestas a emprender
y cumplir todo lo que Dios quiere de nosotras, pues nos ha llamado para
seguirle tan de cerca.
El señor
nos deja trabajar muchas veces en medio de las tormentas, a fin de que nos
habituemos a padecer cosas contrarias, sin abandonarnos al desaliento en las
borrascas de la vida, sino resistiendo y siguiendo adelante en todas las
contrariedades que suframos.
Examinad
a menudo cómo os conducís tanto en los trabajos cómo en la felicidad,
tempestades ambas de esta vida, porque para el alma no resulta menos peligrosa
la prosperidad que la adversidad, pues tanto en la una como en la otra se puede
acabar en un naufragio.
…
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