jueves, 12 de abril de 2018

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 86


MI RETIRO ESPIRITUAL
EN LOS SANTOS EJERCICIOS


De septiembre de 1897 (Primera parte)

Bajo la protección de mi querida Madre Inmaculada de las Gracias y de San José.

Siento una necesidad grande, una sed ardiente de hacer los Santos Ejercicios para unirme íntimamente a Jesús y, encerrada en su Divino Corazón, aprender a corresponder de algún modo a aquel exceso de Amor con el que me ama mi Amado y amantísimo Esposo. Oh Jesús, qué bueno, entrañable y amable eres… Dilata, ay, mi pequeño corazón para que pueda corresponder de algún modo a tu excesivo amor. Oh Jesús, yo no puedo más; o amarte o morir. Oh Jesús, Esposo amado de mi alma, te amo mucho, mucho, pero me consumo porque no sé amarte como quisiera y como merece tu hermoso Corazón inflamado de Amor. Oh Amor inmenso, oh océano de amor, haz que yo te pueda amar por intercesión de María Santísima Inmaculada de las Gracias y de San José, mi maestro de vida interior. (pág. 171)
Procuraré hacer todo con mucha regularidad, evitar todo lo que pueda estorbar el recogimiento exterior, y en cuanto al interior estaré siempre unida a Jesús, delante de El, con mi alma dispuesta, pidiéndole una luz vivísima para conocer todos mis defectos y gracia para poderlos corregir y cambiar en otras tantas bellas virtudes.
En el descubrimiento de los defectos me humillaré profundamente y amaré el oprobio que de ellos me venga. Dios en su infinita bondad me concibió en su mente y sacándome de la nada me dio un alma, un corazón capaz de amarle; encendió dentro de ella un fuego, le dio una amplitud de deseos y le está invitando constantemente a amarle cada vez más. El me llena hasta el colmo de todo bien, cuyo gozo trasciende toda expresión. Oh mi Amado, ¿cómo eres Tú? Oh mi amor, mi vida, oh mi Todo, Tú eres todo mío, y yo soy toda tuya. Yo soy tuya porque Tú eres mío.


No hay comentarios:

Publicar un comentario