jueves, 14 de febrero de 2019

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 125



PENTECOSTÉS – 1911

Es preciso entender prácticamente y no especulativamente que las tribulaciones son para las Religiosas como un segundo noviciado. El primero sirvió para la profesión, el segundo sirve para el cielo.
Cuántas Religiosas serían santas si hubieran sabido merecer una mayor participación en la cruz de Cristo, porque nuestras almas son como la tierra, que para hacerse fecunda tiene necesidad de que el hierro del agricultor le desgarre las entrañas.
No sabiendo dar buena acogida a las cruces que Dios manda, se desmerece la bella y preciosa gracia de ofrecerle mayores sacrificios y de tener parte entre las almas fuertes y generosas.
La tribulación soportada con amor confiere al alma paciente el privilegio más deseable, que es el detener a su Dios más próximo que aquellos que no sufren.
Si sufrimos con amor, Él está en nosotros con especial predilección y con la amorosa preocupación de un tiernísimo Padre.
Omnia possum in Eo qui me confortat.







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