lunes, 14 de noviembre de 2016

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 23

PROPÓSITOS

Octubre 1882
MI RETIRO ESPIRITUAL


En los Santos Ejercicios – 21 oct. 1882

Bajo la invocación de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús, para que me ayude con su amparo maternal a entrar dentro de mí misma y conocer todos mis defectos a fin de enmendarlos, y las virtudes que el dulce Esposo quiere ver en mi pobre corazón para adornarlo.
Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús, orad por mi pobre alma.

1.       Tengo suma necesidad de los ejercicios espirituales y siento toda el hambre de la palabra de Dios que me sacuda y me levante de mi polvo.
2.       Y he aquí al Señor dispuesto a consolar y confortar a su indignísima esposa con los santos Ejercicios Espirituales. Gracias infinitas os doy, Dios mío, que tanta bondad me demostráis al concederme semejante misericordia.
3.       Estos Ejercicios pueden ser la última misericordia que Dios me otorga, y ¡ay de mí! si no me aprovecho de ellos para prepararme el ajuar de todas las virtudes religiosas. Puedo morir, y quizá pronto, muy pronto, bien por la incertidumbre de la vida, bien por mi frágil salud, que de un momento a otro me aproxima a la tumba, que me espera. Dios mío misericordioso, tened piedad de mí y haced que antes de la muerte sea enriquecida de todas las virtudes que tan frecuentemente me hacéis sentir que queréis ver arraigadas en mí. Hablad, Señor, hablad; yo os escucho y deseo seguir vuestras huellas.
Conducidme por el camino que más os agrade; con tal que haga vuestra voluntad y os dé las más bellas demostraciones de amor vivísimo, soy lo bastante rica.
4.       El sacramento de la penitencia es uno de los dones más grandes concedidos por la misericordia de Dios. Y yo ¿lo he visto siempre de esta manera?
Cuántas veces me he acercado a El fríamente y con esa viveza de fe que se merece, con esa confianza y esperanza que alegran al alma y la hacen capaz de un mayor amor a Dios.
5.       El sacramento de la penitencia es uno de los más grandes tesoros por la humildad que provoca al manifestar nuestras miserias; y qué preciosa es nuestra humillación delante de Dios. Vale más un acto de humildad que la práctica de las virtudes más llamativas. La humildad, es verdad, nos pone en nuestro verdadero estado; en efecto, ¿qué somos delante de Dios?
6.       El celo por la salvación de las almas debe llenar totalmente mi corazón como Salesiana Misionera del Sagrado Corazón de Jesús.
7.       Es una gran caridad el celo, pero sólo cuando está atemperado precisamente por una gran caridad dulce y suave como la del Corazón de Jesucristo.
8.       Las palabras suaves mueven el corazón de las almas más endurecidas y las inducen a la penitencia; procuraré siempre la dulzura en el hablar.
9.       Cuando no son escuchadas las palabras, recurramos a la oración. Digamos al Corazón de Jesús que toque Él los corazones de las criaturas, y ¡cuánto mejor lo hará Él que nosotros!
10.   También en nuestras obras más ordinarias, en un trabajo cualquiera, propongámonos suplicar tantas veces al Corazón de Jesús por los pecadores cuantos movimientos hagamos en nuestros trabajos.
11.   Al coser, en cada punzada de la aguja demos otros tantos aguijonazos al corazón de los pecadores para obtener su arrepentimiento y contrición.
12.   El ejercicio de la presencia de Dios esté siempre vivo en nuestro espíritu; veamos a Dios en todo objeto que se presenta a nuestra mirada, reflexionando en la omnipotencia, sabiduría, bondad del amable Jesús, como hacían aquellas Santas, aquellas palomitas tan enamoradas de Jesús.
13.   Hasta una hierbecilla nos habla de Jesús y nos reprocha cómo está ella más atenta a los signos de Dios que nosotras, que hemos dedicado nuestra voluntad a nuestro Esposo adorabilísimo.


Textos bíblicos: Am 8,11; Mt 5,6; Mt 6,31+; Sal 119,25; 1Sam 3,10; Sal 24,5; Sal 27,11; Sal 86,11

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