jueves, 17 de mayo de 2018

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 91


MI RETIRO ESPIRITUAL
EN LOS SANTOS EJERCICIOS

De septiembre de 1897 (Sexta parte)

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El amor de Jesús es para su alma querida un océano interminable de luz y de gracia; oh suave peso que en todo instante fecundas al que a Ti se abandona con todo el ardor posible. ¿Y de dónde me viene a mí tanta bondad, oh mi Amado, de dónde tanta bondad? Todas las riquezas de su Corazón Divino, todos los tesoros de su vida, de su santísima pasión, de su muerte preciosa, los tiene escritos mi Amado en un libro que es el testamento del Esposo en favor de la Esposa, a la que en su bondad gratuita e inconcebible Él llega a llamar su única predilecta: una est columba mea, dilecta mea. Oh mi dulce Jesús, Tú me haces languidecer con las ternuras de tu inefable bondad; tus palabras, mi amado Jesús, son como flechas agudas e incandescentes que me asaetean el corazón, que parece se haya convertido en blanco de su inflamado amor. Ay Jesús, con tus dardos, que me hieren el corazón, dígnate también quemar todo lo que ves en mí indigno de Ti: despójame de todo, que en todo quiero complacerte; quiero amarte con perfección y con la mayor pureza de caridad que es posible en esta tierra de destierro.
Yo soy tuya…, oh felicidad. Tú eres todo mío..., oh cielo. Muero porque no muero. Ay, consuma, Jesús, la víctima..., haz de mi lo que quieras. Jesús, Jesús, Jesús, te amo mucho, mucho, mucho. No vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí. El me reengendró a una vida de gracia, vida de amor, y me colmó de sus bendiciones. El me ama, El es el único de mis pensamientos... El es mi vida. No vivo yo, sino que El vive en mí. Oh Jesús... Oh Jesús..., ¿cómo eres Tú? Oh si todos te conocieran. Oh si Tú revelaras tus secretos…, cómo todos volarían a Ti presurosos. Y cuántas son mis deudas para con tu bondad, Jesús mío, a Ti me confío, a tu amor prodigioso, a tu soberana bondad.


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