Uno de los días más hermosos que
ha habido
El hermoso día de la Inmaculada de
1903
MI RETIRO ESPIRITUAL EN SEATTLE,
WASH (Duodécima parte)
Henos aquí al término de otro año.
Ved un poco, ¡oh hijas!, cómo ha transcurrido para vosotras. ¿La mirada de
vuestra mente no ha apartado nunca de ese Corazón Divino los pensamientos de
vuestra mente, los afectos de vuestro corazón, las palabras de vuestros labios
y todas vuestras acciones? Humillaos por cada una de vuestras faltas y proponed
para el nuevo año no querer buscar sino el gusto de vuestro Esposo Jesús,
deseando estar siempre a su disposición, que en esto se oculta el meollo de la
perfección religiosa; sin esté perfecto abandono, no lograréis nada en el año
que la Providencia de Dios hace comenzar mañana. Con vuestro perfecto abandono
en el Corazón Adorable de Jesús, El ejercerá su dominio sobre vosotras y no habrá
peligro de que le disgustéis con el abuso de vuestra libertad.
Jesús bueno y querido, me arrojo
en tus brazos divinos, y haz que 1910 sea el año santo para mí y para todas las
hijas del instituto. Dame la gracia, a mí y a todas, de tener durante todo el
año un perfecto dominio de nosotras mismas en todo y por todas partes, para
sujetarnos siempre a tu divina voluntad. Tu beneplácito sea siempre nuestra
principal aspiración. Será mi principal tarea santificar el 1910, con el deseo
de alcanzar con la gracia de Dios el perfecto desapego de mí misma. No puedo
nada por mí misma, pero lo podré con la ayuda de mi querido Esposo Jesús.
Omnia possum in Eo qui me confortat
La Religiosa, que es rica en
pureza de intención, no tiene más que un deseo. Todo a la mayor gloria del Santísimo
Corazón de Jesús. Obrando con este espíritu, la Religiosa demuestra una
extraordinaria prudencia, porque también de las cosas más indiferentes sabe
extraer provecho, a fin de acrecer sus méritos. Un alma así maneja
admirablemente los tesoros de Dios y no concibe un pensamiento, no da vida a un
afecto, no pronuncia una palabra, no cumple ni la mínima acción, si no es para
placer a su amado Jesús. He aquí el modo de vivir un año pleno de días.
…
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