Educación cabriniana: un proyecto de vida
para los tiempos actuales y para el futuro
Hna. Eliane Azevedo, MSC
La sociedad del tercer
milenio, ante la velocidad de los cambios geográficos, políticos y sociales,
caracterizada por las injusticias y desigualdades económicas, saturada por los
desequilibrios Internacionales y la guerra entre los pueblos, amenazada por la
destrucción del medio ambiente y la manipulación genética, influenciada por la
cultura del bienestar y del usar y tirar, dominada por la globalización de la
indiferencia y de la exclusión, caracterizada por los avances científicos y
tecnológicos, entre otras peculiaridades, está viviendo un período de
cuestionamiento de los valores éticos, estéticos, culturales y de la dignidad
de la vida humana. Ante esta realidad, los educadores están llamados a
transformar los centros educativos en un espacio geográfico, existencial,
humano, interpersonal, de salvaguarda del planeta y del ser humano, que debe
reflejarse en sus proyectos y en sus prácticas.
El Papa Francisco, en
los últimos años, con las Encíclicas Evangelii
Gaudium, Laudato Si, Amoris Laetitia y con sus acciones y declaraciones,
invita a todos los pueblos a promover la cultura del encuentro y de la
inclusión en una experiencia de fraternidad, teniendo en cuenta la primacía del
ser humano y actuando como agentes de cambio en la sociedad con acciones de
justicia y de paz, y cuidado de la “Casa común”. De este modo, subraya que la
educación será ineficaz y sus esfuerzos estériles, si no se preocupa también de
difundir un nuevo modelo para el ser humano, la vida, la solidaridad y la relación
con la naturaleza. El Instituto de las Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús,
presente en varios países, culturas, condiciones socio-económicas y sistemas
educativos diversos, desarrolla acciones para la defensa y promoción de la vida
en el ámbito educativo, en la fidelidad al carisma heredado de la Madre
Cabrini.
Durante los cien años
de misión, después de la partida de la Madre Cabrini a la Casa del Padre, los
educadores cabrinianos -Religiosos y Laicos- han seguido dando su vida por amor
a los niños, jóvenes, familias e inmigrantes; también han sufrido las
consecuencias de los cambios socioculturales, políticos, educativos y se han
comprometido en dar una respuesta evangélica a las necesidades de cada tiempo,
en el ámbito escolar y en otros espacios de inserción misionera (proyectos
sociales, pastorales, movimientos sociales, hospitales, orfanatos, colegios,
actividades en red con otras organizaciones, etc.).
El presente evoca el
futuro, por lo tanto, se invita a los educadores cabrinianos del siglo XXI a
promover una formación centrada en las palabras de Jesús: “He venido para que tengan vida” (Jn 10,10), a través de un proyecto
de vida que favorezca el desarrollo integral del ser humano y la construcción
de un mundo mejor para todos.
Algunos desafíos y la contribución de la educación
cabriniana a un mundo mejor para todos.
En El siglo XXI y en
el camino hacia el siglo XXII, los liderazgos educativos cabrinianos están
llamados a asumir el reto de emprender un viaje que lleve a la humanización del
conocimiento a través de un proyecto educativo que promueva el desarrollo de
competencias, habilidades para la vida, actitudes y valores basados en la
espiritualidad cristiana para la sociedad del presente y del futuro.
La sociedad está
experimentando un rápido cambio histórico y las instituciones educativas están
llamadas a dar una respuesta rápida y eficaz ante las necesidades económicas y
los avances tecnológicos que determinan las prioridades educativas y generan
cada vez más distancia entre el desarrollo económico y el desarrollo humano. En
este sentido, la educación es fundamental para una revolución que pueda cambiar
a mejor el mundo en el que vivimos.
El Instituto de las
Misioneras del Sagrado Corazón de Jesús, inserto en la sociedad contemporánea,
avanza en las labores educativas y contribuye a la construcción de una sociedad
más justa y solidaria.
Las escuelas
cabrinianas afrontan estos y otros desafíos en pro de una educación
evangelizadora de calidad, en la que prevalezca una visión humanista de la
educación y del desarrollo, basada en los derechos humanos y en la dignidad de
la persona, en la justicia social, la inclusión, la diversidad cultural,
lingüística y étnica, en la defensa y promoción de la vida y en la ciudadanía
global. Por lo tanto, transformar la vida a través de la educación es un objetivo
de la educación cabriniana.
La Institución Cabriniana,
ante los desafíos de la realidad, responde con valor y ética a las exigencias
de una formación que tenga como objetivo el desarrollo humano a través de sus
proyectos y acciones. Religiosas y Laicos, conscientes de la importancia de una
nueva visión de la educación que responda a las necesidades de la realidad
sociocultural, continúan con el compromiso evangélico y profesional por una
educación contextualizada, integral, inclusiva y evangelizadora.
en el Congreso Mundial
para la Educación Católica, con el tema “La
educación hoy y mañana: Una pasión que se renueva”, celebrado en el 2015 en
Roma, Religiosas y Laicos que trabajan en el campo de la educación han
participado en las reflexiones realizadas a partir del documento Gravissimum educationis y de la
Declaración del Concilio Vaticano II, subrayando la labor de la Iglesia en el
ámbito educativo. Así, la educación cabriniana se confirma en su misión, como
parte de la Iglesia universal, como una presencia de fe para promover un
conocimiento abierto a los valores trascendentes y al desarrollo de una cultura
del encuentro para el bien común. En el Congreso se reiteró que la educación
está hoy, más que nunca, en el centro de la dinámica social y que, claramente,
proporciona los medios para la transformación de la sociedad.
La contribución de la
educación cabriniana para el presente y para el futuro es de gran importancia y
es, ciertamente, uno de los puntos clave para una vida mejor para todos los
niños, adolescentes y jóvenes; y es la base para una sociedad humanizadora.
Partiendo de los pilares de la Educación (UNESCO, 1996) “aprender a aprender (saber), aprender a hacer, aprender a vivir juntos y
aprender a ser”, es tarea del liderazgo educativo tener una actitud de
apertura y el valor para hacer cambios en el contexto escolar, saliendo de un
paradigma tradicional para avanzar hacia un paradigma de prácticas
transformadoras. Hoy en día, la educación debe integrarse en el mundo de los
estudiantes y es esencial una nueva forma de enseñanza con estrategias adaptadas
a los tiempos actuales, una formación del profesorado que responda a las
fuerzas que están cambiando el futuro de la educación y que, al mismo tiempo,
responda a la llamada de la Iglesia y de la sociedad.
En esta dinámica, la
“Educación del Corazón”, como formación integral de la persona humana,
encuentra en la espiritualidad cabriniana la fuerza impulsora para la
realización de los proyectos educativos y pastorales. Los frutos, los
resultados de este trabajo, se ven en los ojos y en los gestos de los niños,
adolescentes y jóvenes, que aprenden a construir un proyecto de vida para que
todos tengan vida.
La pastoral en los
diferentes centros educativos lleva adelante una constante actualización del
proyecto y acciones, reforzando el compromiso de la fe cristiana y el espíritu
misionero de los estudiantes, docentes y familias fuera del entorno educativo.
Con este fin, los programas deben ser sistematizados partiendo del principio
evangelizador, formativo, transformador/misionero, del testimonio y de la
celebración.
La Identidad educativa cabriniana se confirma en su
misión: educar a los niños, adolescentes y jóvenes mediante procesos educativos y
de aprendizaje de calidad, de acuerdo con las enseñanzas de Madre Cabrini,
contribuyendo a la formación de ciudadanos comprometidos en la promoción de la
vida.
Así, los valores de la
compasión/misericordia, justicia, solidaridad, responsabilidad social y
ambiental se integran en las diversas actividades desarrolladas en el ámbito
escolar.
Tratando de sintetizar
el Proyecto Educativo Cabriniano para nuestro tiempo y para el futuro, se
plantea la siguiente propuesta:
§ La formación
integral basada en una identidad institucional, que busca desarrollar, mediante
el conocimiento y la experiencia, el equilibrio cognitivo, emocional, social,
espiritual y físico, del estudiante para que pueda ejercer su condición de
ciudadano.
§ El desarrollo
de los estudiantes para que sean protagonistas de la historia y artífices de su
propio proyecto de vida construido de manera responsable durante su periodo de
formación.
§ La actividad
educativa y evangelizadora basada en los principios pedagógicos de Madre
Cabrini, mediante el anuncio del mensaje cristiano y la apertura ecuménica.
§ La formación
de una comunidad educativa de profesores, padres, alumnos y empleados, llena
del espíritu de cooperación para el bien común.
§ La preparación
de ciudadanos informados y críticos, para la transformación de la realidad
social, valorando la vida y la dignidad humana, guiados por el conocimiento y
la ética.
§ La excelencia
académica, la formación religiosa y la disciplina como puntos centrales de las
actividades educativas.
En suma, una formación
cabriniana que contribuya a un nuevo modelo de desarrollo sostenible para todos
los pueblos y que facilite el diálogo intercultural, el respeto a la
diversidad, la justicia social, la ética de la información, de la ciencia, de
la tecnología y del medio ambiente para una civilización universal.
La actualidad del
carisma de la Madre Cabrini nos impulsa a abrir constantemente los corazones,
las mentes y las estructuras, en un proceso de responsabilidad compartida, para
revelar a todos el rostro amoroso de Dios y para realizar el ideal cabriniano
de “educar la mente y formar el corazón” para el ejercicio de la ciudadanía.
Las Misioneras del
Sagrado Corazón de Jesús y los Laicos cabrinianos están invitados a mirar hacia
el futuro con coraje y esperanza, confiando en la continua actualidad del
Carisma en la educación, en la misión de ayudar a los niños y jóvenes en el
proceso de construcción de un proyecto de vida para un mundo solidario;
confiando en la importancia de la presencia esperanzada entre los niños,
adolescentes y jóvenes, familias y otros colaboradores, y en la búsqueda continua
de educar en el amor y en la felicidad.
La invitación a poner en práctica un nuevo modelo
educativo que dé prioridad al desarrollo de las habilidades cognitivas, socio-emocionales,
habilidades para la vida y la contribución a la ciudadanía global que está
presente en las palabras qué Madre Cabrini dirigió a los estudiantes del Magisterio
en 1916: “La vida de la sociedad futura
está en vuestras manos”.
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