lunes, 15 de noviembre de 2021

Hna. Matilde - Episodio 7: "Matiguás" (Sexta parte)

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Los pueblos tienen sus costumbres y hay que comprenderlas; también tratar de corregir lo que es perjudicial, siempre con mucho tino, pero con firmeza. Ahí también aparecía no solamente la figura de la directora del colegio y del instituto, sino también la mujer de la mano maternal que rescata y encamina.

La cuestión del consumo de alcohol era fuerte. Matilde ya lo había comprobado en Diriamba. Un muchacho, alumno de la escuelita se enfermó y ella lo fue a ver. No la dejaron entrar; le dijeron que estaba muy mal. Era un chico que no paraba de beber y así, tan joven, ya tenía una cirrosis de la que no había vuelta atrás.

"En Matiguás, de pronto, empezaron a faltar al colegio dos muchachos. Yo me preguntaba por qué faltaban. Al final, le pregunté a otros y me dijeron: están bebiendo, hermana. ¿¡Cómo!?, dije yo, ¡con 17 años! Estaban en una venta de bebidas y ahí me fui. Ahí estaban. Cada uno tenía en frente una cantidad de botellas de cerveza ya vacías. Desde el día anterior estaban apostando a ver quién tomaba más. Los reté y los saqué inmediatamente de ahí. Yo, con autoridad de directora, los saqué. Después de dos días volvieron a la escuela. Es que se ponen a beber y nadie hace nada. Es una tradición ancestral y no se toca. Los mayores hacen lo mismo y los jóvenes los imitan. Una vez, fui a la casa de una familia que tenía una hija, una chica muy inteligente y que era alumna nuestra. La mamá era una señora muy de la parroquia y muy cercana a nosotras, a la Comunidad. Llego y le digo que vengo a hablar con el papá de esta chica; ellos tenían una finca grande. La señora me dice: está bebiendo. Bueno, le dije, lo espero. La mujer me dice de nuevo: no está en la casa, está bebiendo. Pregunto dónde, y me indica que en un almacén que quedaba cerca de nuestra Comunidad. Allá me voy y al llegar anuncio que quiero hablar con este señor, y la respuesta seguía siendo la misma: está bebiendo. Lo espero, le digo. Hermana, me dice el dueño del almacén, hace tres días que está bebiendo acá, y lo mismo al día siguiente... y al siguiente. Es una costumbre. Después, la señora me contó que en la casa no podía tener ni perfume, ni alcohol medicinal porque se lo tomaba. Otro gran problema era lo que pasaba con las chicas. Los sábados y los domingos bajaban los varones de la montaña al pueblo para beber alcohol. Un domingo volvíamos de misa y pasamos frente a la casa de una familia conocida. Una familia muy buena y en una buena posición económica. Pasábamos, y nos dicen que se llevaron a María. María era la nieta de la señora que llevaba adelante la casa. Los que bajaron de la montaña vieron a la niña y se la llevaron. Se la llevaron y listo, y no la podés reclamar, no la podés pedir más. ¡¡Se respeta eso!! Es como una ley. Yo no lo podía entender. Después me explicaron que es costumbre y ya no hay nada que hacer. Un vecino nuestro tenía una chiquita de quince años. Cuando faltaba algún profesor, ella ayudaba, hacía de maestra de matemáticas, ponía los ejercicios en el pizarrón, llevaba adelante matemáticas de primer año. Había alumnos chicos, pero también algunos mayores en el curso. Ella estaba terminando el quinto año del bachillerato nocturno. El encargado de los lecheros de Matagalpa, de la fábrica de leche en polvo, tenía mujer e hijos. De pronto, noto que esta niña no está viniendo, pregunto y me dicen: ¡pero si se la llevó fulano! No podía creer, este hombre de la lechería, educado, respetuoso, que buscaba superarse y hace una cosa así. ¡Se lleva a esta chiquita! No lo podía creer y menos de este hombre, tan recto que parecía, tan servicial con nosotras. A veces, cuando nos faltaba agua, nos traía en los tachos de leche y nos llenaba la cisterna de agua potable que sacaba de una gran bomba que había en la fábrica. Fui a ver a los padres de la chiquita y les decía que la fueran a buscar, pero no: se la llevó y se la llevó".

Era difícil aceptar, y más aún, mediar en estas cuestiones tan arraigadas pero, indudablemente, lo más complicado era mantener el equilibrio en medio de la situación política.

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