MI RETIRO EN LOS SANTOS
EJERCICIOS
18 de noviembre de 1892 (Parte 1 de 5)
Todo a la
mayor gloria del Sagrado Corazón de Jesús, del cual debo ser verdadera víctima
de expiación por mis pecados y los de los pecadores, mis hermanos, y para ganar
a los infieles para el rebaño de mi Amado. Patrones especiales de este retiro:
la Virgen Inmaculada, Madre de las Gracias, fundadora y Madre verdadera del
Instituto; San Francisco Javier, Patrón especial de las Misiones del Instituto;
el ángel custodio y el ángel especial del Instituto, para que me avisen
inmediatamente cada vez que ponga el pie en falso y me frene, y no traicione
nunca los deseos, las esperanzas de mi amado Jesús, que tanto me ama.
Mi fin
La bondad
inconmensurable del Corazón adorable de Jesús, en los designios infinitos de su
omnisciencia, decretó darme el ser en un país católico y en una familia de
profundos sentimientos religiosos, gracias a la cual, después del ser material
pude poseer es espiritual mediante el don inapreciable del sacramento del
bautismo en las primeras vísperas de la Virgen del Carmen que empezó inmediatamente
a protegerme como Madre tiernísima. El bautismo…, oh gracia grande, sublimísima,
por la cual sin que yo me diera cuenta fui agregada al seno de la Iglesia
Católica, hecha hija de Dios, hermana de Jesucristo el Amado, del que debía ser
esposa y coheredera de la gloria celestial.
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