MI RETIRO ESPIRITUAL EN CODOGNO
Tras un largo mes de viaje, qué consuelo
para mí encontrar pronto un curso de Ejercicios, en los cuales puedo reflejar
mi alma y confrontarla con el Corazón dulcísimo de mi Jesús, para comprender
bien si todos mis sentimientos son conformes a los suyos y de su único agrado.
María Santísima, mi solícita Madre; San José, como mi Maestro, y San Miguel,
Ángel especial del Instituto, son mis guías particulares, de los que pueda
extraer provecho a la mayor Gloria del Corazón sacratísimo de Jesús y para
santificación de mi alma.
Corazón adorable de mi dulce Jesús, mandad
la luz de vuestro Espíritu Santo a mi intelecto, a fin de que siempre pueda
conoceros mejor a Vos y conocerme.
Ligad a Vos de un modo muy especial mi
espíritu y moved mi voluntad a todos esos propósitos, con los cuales pueda
consolar vuestro Divino Corazón y guardarlo de la nueva Pasión que en estos
tremendos días le hacen sufrir tantos desagradecidos e ingratos pecadores.
¡Oh mi dulce Jesús!, yo soy la víctima de tu
Divino Corazón; haz de mi lo que quieras, pero que sea reparado tu Divino Corazón
y tantos pobres salvados. Si Tú pones el dedo omnipotente de tu Mano todo será
hecho.
Dispón, oh Jesús, como quieras de mí y de
todo lo que de cualquier manera me pueda pertenecer. Yo me abandono en tus
Manos, en tu Divino Corazón, con la mayor indiferencia que me sea posible,
mediante tu gracia.