Uno de los días más hermosos que
ha habido
El hermoso día de la Inmaculada de
1903
MI RETIRO ESPIRITUAL EN SEATTLE,
WASH (Primera parte)
¡Oh Paloma Inmaculada, mi dulce Madre,
mi tierna Protectora!, ven en mi ayuda para que pueda alcanzar fruto de
perfección de estos Santos Ejercicios.
Yo no merezco nada, pero Tú, ¡oh
mi dulce intercesora!, obtenme del Corazón sacratísimo del buen Jesús que yo
aprenda a conocerlo para amarlo de verdad como verdadera hija tuya y esposa suya.
¡Oh mi dulce Jesús!, Tú eres un misterio sublimísimo de amor hacia mí; deseo
conocerte para amarte; deseo amarte para servirte. Te amo, ¡oh Jesús mío!, te
amo mucho, mucho, mucho, pero no estoy contenta, querría amarte más, quería
abrasarme de amor por Ti. ¡Oh Rey de mi corazón!, poséeme enteramente.
Pídeme en herencia a tu Eterno Padre,
y enciérrame por siempre en tu hermoso Corazón. No lo merezco, no, pero bien lo
han merecido tus sublimes humillaciones por mí, tu Pasión y Muerte que me han
redimido, tus Llagas santísimas que me han hecho tu esposa. ¡Oh mi querido!, ¡oh
mi Jesús!, ¡oh Misterio de Amor!, ¿cómo eres Tú?
…
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