Uno de los días más hermosos que
ha habido
El hermoso día de la Inmaculada de
1903
MI RETIRO ESPIRITUAL EN SEATTLE,
WASH (Segunda parte)
Mi Dios me ha creado, yo soy su
hechura; Él es mi Amo absoluto; yo le pertenezco más que el esclavo pertenece
al amo, por lo que me corresponde la dulce obligación de servirlo en todo lo
que a él le plazca y en la manera que sea más de su agrado.
¡Qué felicidad para un alma el que
Dios se digne hacer aprecio de sus servicios! ¡Sublime misterio de amor! Pero
¿qué dirigencia no ha de poner el alma en el buen desempeño de la tarea que
Dios se digna imponerle con la santa obediencia?
Trabajaré, me fatigaré, sudaré, me
sacrificaré con mucha humildad, con el perfecto desapego de todas las cosas en
toda obediencia, porque antes que yo lo ha hecho mi querido Jesús para
complacer a su Padre.
Si yo me abrasase todavía haría
poco por mi Dios, porque yo no soy nada y para nada valgo. Haced, ¡oh Dios mío!,
lo que queráis; ponedme donde a Vos os plazca, con la gracia vuestra viviré en
Vos plenamente abandonada y siempre confiada en el Corazón amantísimo de mi
Jesús, en el que trataré de estar bien encerrada y en el que podré repetir: Omnia possum in Eo qui me confortat. Sí,
yo no soy nada y para nada valgo, pero con la ayuda de mi amantísimo Esposo
puedo todo, puedo hacer cosas grandes para la gloria de Dios, si Él lo quiere.
Yo sólo debo ser fiel y no atribuirme nada para mí misma, que si creyese ser
algo o capaz de algo todas las criaturas tendrían derecho a venir contra mí,
como si fuese una loca.
…
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