jueves, 21 de diciembre de 2017

El último mensaje de Francisca...


En diciembre de 1917, pocos días antes de su muerte, hace 100 años, Madre Cabrini dejó escrito un último y sugestivo mensaje para las hermanas, como solía hacerlo cada nuevo año (son las llamadas "strenne").

El mensaje es muy breve y transcribe el versículo 3 del Salmo 43...



La traducción del versículo es la siguiente:

Envíame tu luz y tu verdad:
que ellas me encaminen
y me guíen a tu santa Montaña,
hasta el lugar donde habitas.

La estrofa final de este mismo Salmo, dice:

¿Por qué te deprimes, alma mía?
¿Por qué te inquietas?
Espera en Dios, y yo volveré a darle gracias,
a él, que es mi salvador y mi Dios.



¿Qué son las "strenne"?

El significado del término “strenne” indicaba en sus orígenes un don, un regalo ofrecido como signo de propiciación en el primer día del Año.
Esta costumbre parece que viene desde el tiempo de la antigua Roma, más precisamente en el ambiente de la cultura sabina (de la Italia pre-romana). El término "strenne" es justamente una vos sabina que en latín equivale a fuerza, salud.
Se cuenta que, en el período de las calendas de enero, fueron ofrecidas a Tizio –rey sabino– algunas ramas cortadas de los árboles del bosque sagrado de la diosa "Strenía ", que era considerada la diosa de la fuerza y la salud, don que agradó mucho al Rey, al parecerle de buen auspicio.
Así, el ofrecer estas ramas sagradas se convirtió en signo de buenos augurios y don afectuoso para el inicio de un nuevo año.
Los Romanos asumieron esta costumbre y la llamaron "strenae", indicando los dones de carácter simbólico y religioso, intercambiados en días de particular solemnidad, especialmente durante las calendas de enero.
A estos ramos sagrados o "verbenas", generalmente de laurel u olivo, se le agregaba con frecuencia también higos, miel o dátiles como augurios de un año rico en acontecimientos de serenidad y dulzura.
El uso de estos dones ofrecidos al iniciar un nuevo año, bien pronto se fue extendiendo hacia otras fiestas, que se revistieron con prácticas supersticiosas. Por esto, la Iglesia de los primeros siglos manifestó una cierta desconfianza en orden a su uso.
Las “strenne”, a lo largo de los siglos se fueron modificando, adquiriendo forma de sonetos, canciones, leyendas o prosas literarias ofrecidas como don (regalos) de otro género.

Algunas “strenne”, debidas al corazón y a la pluma de Santa Francisca Javier Cabrini, podrían parecernos hoy un poco antiguas, pero su simbolismo es denso de significado y vale la pena detenerse en ellas para recibir su mensaje.
Las primeras, se presentan como una recopilación de puntos de claro sentido didáctico, un conjunto de advertencias y cuidados que miran a guiar el camino del espíritu. Otras, más numerosas, son aquellas que se sirven de una imagen o símbolo, tomados de la vida cotidiana, para elevarse a profundas consideraciones espirituales.
De algunas de estas strenne, se conservan los autógrafos y otras, sólo las tenemos en dactilografía o en imprenta de los primeros tiempos del Instituto y de varias procedencias, pero todas autenticadas y confrontadas con indagación del archivo (de la Curia General) y de testimonios tomados de cartas autógrafas de Madre Cabrini misma, en las que escribe de estas cartas o mensajes que contenían las strenne del año nuevo, tan esperadas por las hermanas y que Madre Cabrini trataba de enviarles a sus hijas lo más regularmente posible, (a fin o principio de cada año).
Conocemos 26 strenne enviadas por Madre Cabrini.

Fragmento de un texto de la Hna. Regina Canale M.S.C.



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