18 DE MAYO DE 1893
Jesús goza con
el alma enamorada de Él y echa mano de su poder para ayudarle a hacer cosas
grandes. Sumérjase el alma en su nada y pronto se sentirá confortada por su
amado Jesús.
Adiciones
1. Antes de conciliar el sueño por la noche,
pensaré en la hora en que debo levantarme y resumiré los puntos de la
meditación; luego descansaré en el Corazón de Jesús con la mayor tranquilidad.
2. Si me despierto por la noche, elevaré mi
pensamiento a Dios, abandonándome toda en el Corazón de Jesús.
3. Por la mañana, levantándome sin sucumbir a la
pereza, no daré lugar a otro pensamiento que al de la meditación, concibiendo
confusión y verdadera humillación por mi gran miseria, ocupándome de la materia
de la meditación sin alejarme de las ideas de la misma.
4. Después de haber orado durante el espacio de un
Padrenuestro, elevando la mente al cielo, consideraré cómo Dios me está
observando y le haré una reverencia profunda.
5. Después de encontrar en la materia de la
meditación lo que atañe a mi caso, me atendré a ello, rumiándolo sin ansiedad
hasta quedar plenamente satisfecha.
6. Al término de la meditación examinaré durante un
rato cómo me ha ido la contemplación; si mal, buscaré la causa, y una vez
hallada me arrepentiré para enmendarme. Si ha resultado bien, daré gracias a
Dios y le ofreceré mis propósitos, pidiéndole ayuda para cumplirlos bien.
7. No me desviare nunca de la materia de la
meditación ni me permitiré la menor distracción.
8. Evitaré la claridad de la luz para conservar el
recogimiento.
9. No hablaré me reiré nunca, ni diré nada que
pueda distraer.
10. Seré modesta en la vista, salvó al recibir y
hablar a las personas, pero en esto guardaré gran circunspección.
11. Seré puntual y exacta en el horario.
12. Observaré una gran compostura exterior.
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