(Primera parte)
Abogados especiales del retiro
María Santísima y San Miguel.
Qué bueno y
amable eres, amantísimo Jesús, que en días tan crueles para tu divino Corazón,
torturado por los pecados de mis hermanos, me llevas al santo retiro para
unirme estrechamente contigo. Oh Jesús, te veo sudar sangre y tu corazón
inmerso en una mortal tristeza. Oh Jesús mío, me destroza el alma ese profundo
sufrimiento… Oh, yo te amo, Jesús, y quisiera tener mil corazones, tantos
corazones cuantos son los ingratos pecadores para amarte por todos ellos y
darte a conocer como eres, un Dios de amor que tanto sufre por la ingratitud de
los corazones. Oh Jesús mío, cuánto has hecho por los hombres; pero ¿por qué
ellos no te aman? ¿Por qué no corresponden? Qué dolor para este corazón mío.
Pero ¿y yo te amo? ¿Te agrada mi amor? Oh Esposo amado de mi alma; te amo
mucho, mucho, y cada vez más amarte quiero. Ay, purifícame, Amor mío, hazme
digna de Ti, dígnate embellecer mi alma con esos adornos que pueden hacerla
menos indigna de Ti, hermosura infinita. Oh quiero ser santa para ser digna de
amarte más. No puedo vivir sin amarte; privada del amor, agonizaría en un mar
de tristeza. Oh Jesús, oh dulce medicina de mi alma, yo soy tu esposa, aunque
indigna; dame, pues, la dote con la que seré rica de esos preciosos dones
mediante los cuales podré consolar a tu Divino Corazón. No puedo sufrir ya de
verte penando, quiero repararte, quiero repararte a toda costa. Me hiciste por
tu Bondad gratuita Misionera de tu Divino Corazón; por eso soy también tu
reparadora. Ya conoces, Jesús mío, mis ardientes deseos; ay, mueve aquellos
corazones que me deben dar la ayuda y haz que logre realizar pronto las obras
que deben repararte en gran parte por tantos ultrajes que recibes de los
ingratos pecadores y, sobretodo, de tantas almas consagradas, que te sirven con
tanta frialdad y forman las primeras espinas que te causan tanto dolor. Oh
Jesús…, oh Jesús…, concédeme esta gracia, concédeme esta gracia. Yo estoy
segura, por tu gran Corazón, de que si tanto me amas, me darás también el
consuelo de poderte dar un poco de alivio.
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