lunes, 19 de diciembre de 2016

"Pensamientos y Propósitos" de Santa Francisca Javier Cabrini - 28


MI RETIRO


En los Santos Ejercicios, 24 sept. 1885 (continuación)


19.   Debo estar en todo crucificada, y te repito, corazón mío, que no debes ser en adelante delicado conmigo y que debes soportar con magnanimidad toda pena o tribulación que el amable Esposo quiera permitir, estando segura de que todo es para tu mayor bien y para el bien del Instituto que tanto amo.
20.   No haré distinción entre pena y pena, ni me preguntaré si me viene de quien me esperaba o de quien no me esperaba; me bastará que sea un sufrimiento para abrazarlo como medio de reparación por mis continuas infidelidades, como acto de amor muy grato a Jesús. Propongo tener la intención en cada sufrimiento de quitar una espina del Corazón amorosísimo de Jesús y de ganar un alma más que le dé gloria.
21.   Debo procurar poseer del modo más perfecto posible el espíritu de penitencia, tanto más viéndome en la imposibilidad de practicarla. Mediante tal espíritu sabré aprovechar tantísimas pequeñas circunstancias en las cuales podré soportar un poquito de sufrimiento.
22.   Las pequeñas acciones son un auténtico tesoro, porque son el verdadero medio para asemejarme a Jesucristo.
23.   Las alabanzas, los aplausos del mundo, son humo que oscurece la mente siempre que los dejamos entrar en el corazón. Podrá ayudarnos la reflexión de que no siempre es sincera la palabra del que nos habla, sino que muchas veces es adulación.
24.   Las persecuciones no faltarán nunca, y tanto más las encontraré cuanto más avance en el camino del espíritu, que me volverá semejante a Cristo, el cual fue perseguido en toda su vida mortal.
25.   [2]
26.   En las persecuciones, que nunca faltan, no debo turbarme por nada ni aflojar por nada en la confianza que he depositado en el Corazón Santísimo de Jesús, sino alegrarme considerando que es éste un medio para obtener la unión cada vez más estrecha con mi dulcísimo Esposo.
27.   Cuando la confianza disminuye hasta verme en el desaliento, debo estar muy alerta porque caería entonces del estado de humildad que he elegido al de soberbia.
28.   El tercer grado de humildad es que debo optar por vivir en paz con mi Dios, que con razón exige mucho de mí después de las innumerables gracias recibidas en todo el curso de mi existencia.
29.   ¡Cuánto goza el alma entregada a Dios sufriendo algo por El! Protestará la naturaleza, pero en el fondo del corazón habrá una paz suavísima que no puede compararse con ningún placer de la tierra, inexpresable porque es sobrenatural, y que está reservada por el Altísimo para su alma predilecta.
30.   Cuánto sufrió el amantísimo Jesús por nosotros. ¿Qué son nuestros sufrimientos comparados con los suyos? ¿Quién se atreverá a quejarse de ellos?
31.   El alma estará a veces desolada sin consuelo alguno en sus penas, y entonces tiene necesidad de abrazarse a su Jesús con humildísima confianza.
32.   No se desaliente el alma ni siquiera cuando le parezca estar abandonada totalmente de Dios, segura de que tal pensamiento es sugestión del enemigo que quiere robarle un poco de ese sufrimiento que debemos ofrecer en toda su pureza como holocausto al Corazón Santísimo de Jesús.
33.   El servicio de Dios sin consuelos es más seguro que el abundar en dulzuras y apoyos naturales, porque es más fácil que obre la naturaleza que no el espíritu.
34.   El alma ha de transportarse de cuando en cuando a tres estaciones: al purgatorio, al cielo y al Sagrado Corazón de Jesús. Al purgatorio, que nos espera por nuestros defectos, para llevar con generosidad las pequeñas tribulaciones, las espinas con las que Dios nos visita a fin de purificarnos y hacernos dignos de Él. Al cielo, para animarnos a la generosidad en cualquier dificultad, pensando que todo es poco cuando se trata de alcanzar una felicidad sin límites ni confines.
Al Sagrado Corazón de Jesús, para recuperarnos en Él y descansar en Él tranquilamente, dejando en sus manos todo pensamiento de nuestras cosas. Oh con qué gusto se hace cargo Dios del alma que se abandona a Él.
35.   Cuando por compromisos o por salud no pueda intervenir en los ejercicios de la Comunidad, procuraré ser fiel en las conmutaciones sin desalentarme ni dejarme abatir.






2Co 4,10


















Si 3,19
Si 11,3


Si 12,16

Sal 55,22
Pr 12,19


2Co 4,8+
Col 1,24



1Pe 5,7

Rm 5,3


2Co 12,1+













Mt 26,36
Mc 14,26+
Lc 22,21+
Jn 13,21+




Mt 27,46
Mc 16,34
















1Co 1,9






[2] En el texto editado pasa del párrafo número24 directamente al párrafo número 26



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